Ginebra, Suiza.- Teniendo como marco una impresionante vista del lago Lemán y los Alpes Suizos, la hermosa Villa du Loe situada en los terrenos del Hotel La Réserve Geneve, dio cabida a la Gran Exposición en la que Bovet exhibió sus novedades para este 2024. En el segundo piso de este acogedor lugar, el Sr. Pascal Raffy, nos recibió para platicar sobre su más grande pasión: la creación relojera.
Pascal Raffy, una vida marcada por la relojería
Pascal Raffy descubrió el fascinante mundo de la Alta Relojería durante su infancia, cuando pasaba los domingos con su abuelo, un experto relojero que solía mostrarle las piezas de su colección.
A principios del siglo XXI, mientras hacía una pausa en su carrera para dedicarse a sus hijos, nuestro anfitrión conoció Bovet. En este tiempo la Casa necesitaba un inversionista con una visión clara para restaurar su grandeza. La rica historia de la Manufactura que se remonta al año 1822 y la belleza de sus emblemáticos relojes caracterizados por su corona a las 12 en punto y su clásico arco, captaron la atención del Sr. Raffy quien se convirtió en su único propietario en el año 2001.
Siendo un gran visionario, tenía claro el plan a largo plazo para la Casa: perpetuar la pericia de los artesanos, lograr la integración vertical y el regreso de los movimientos fabricados íntegramente en casa y así lo ha hecho desde entonces.
Rita Segura (RS): Qué honor poder estar aquí y platicar con usted sobre su visión de la relojería y sus creaciones.
Pascal Raffy (PR): Sí, es una pasión verdadera. Mi objetivo desde que adquirí Bovet ha sido ser muy fieles a la esencia de la Casa desde hace dos siglos, una mezcla bonita, exquisita, entre el arte decorativo y la capacidad de innovar y desarrollar. Todo está hecho en casa, esto nos permite ofrecer algo que es muy, muy precioso.
Po eso para nosotros la cantidad no es la esencia, la calidad, la exclusividad lo es todo. El lujo verdadero está basado en la exclusividad y en la identidad. Es fundamental que sea muy clara, es decir, que quien vea el asa, la corona o la forma de la caja, sepa que es un Bovet.
El lujo verdadero es cuestión de cantidades pequeñas, si no, no sería lujo, así como el hecho de que esté elaborado a mano.
RS: ¿Cuál es la filosofía de trabajo que sigue en Bovet?
PR: El ciclo es lo que es, hay que ser pacientes, hay que ser fieles a nuestras normativas de principios de vida, para mí lo más importante son los seres humanos, el contacto y la calidad de la relación humana. Y estamos aquí para servir a un coleccionista, para que él aprecie se hacen cosas personalizadas.
Los artesanos son el alma de la Casa, no son máquinas. En Bovet, la máquina ayuda al artesano que acaba todo a mano. Hoy somos 100 personas en total que tenemos una filosofía compartida. Nos entendemos bien, aun si los kilómetros son lejanos.
RS: ¿Cómo consigue personal capacitado como relojeros y expertos en oficios para desarrollar sus piezas de alta especificación?
PR: Odio, odio imponer, me encanta convencer. La escuela de vida que defiendo es siempre, ser claros en lo que hacemos. Tenemos 70 artesanos, si un artesano falla, un reloj de 744 piezas no funcionará.
No es una colección de individuos, es una colectividad de gente que comparte los mismos valores y así funciona. Pero hay que establecer el espíritu.
Son 20 años que lo hago y aquí tenemos la madurez para lograrlo. La gente ha entendido que todos son importantes. No hay una persona más importante que otra y si hay una estrella en esta casa, es el reloj.
RS: ¿Cuál sería el reloj ideal para usted o todavía no existe?
PR: Cada vez que desarrollamos alguno cambio de opinión. Ha sido el ideal los dos, tres, cuatro años que nos lleva hacerlo, pensarlo, generarlo. Ahora que el bebé está aquí, en este caso me refiero al Récital 28 Prowess 1, se sabe que va a haber un segundo, un hermano joven.
Y el ideal será el próximo. De esto se trata mantener la pasión, de querer dar ese paso más allá. Estamos a nuestro óptimo, pero no a nuestro máximo.
Bovet Récital 28 “Prowess 1”, exquisito y útil
Limitado a solo ocho piezas al año en oro rojo de 18 quilates, platino 950 y titanio de grado 5, y con un sistema de rodillos que permite ajustar el reloj a cualquiera de los 24 husos horarios mundiales, como el UTC, el horario de verano en América, en Europa y el horario de invierno europeo, el nuevo Bovet Récital 28 “Prowess 1” es una pieza que engloba la filosofía de Bovet y que manifiesta una extraordinaria pasión por el detalle.
Para Pascal Raffy es fundamental mantener la voluntad de llevar algo nuevo que sea útil y a la vez exquisito. Este reloj da muestra de ello, en pandemia con las constantes reuniones en línea resultaba sumamente complicado saber el huso horario en el que estaban sus colaboradores, el Récital 28 “Prowess 1” soluciona esa necesidad.
“Cuando hago las creaciones, están basadas en algo que es útil y después es el servicio que uno tiene que ofrecer al coleccionista. Si lo que pide va con la filosofía de la casa, queda siendo elegante, exquisito pensado, los colores, los grabados, las pinturas miniaturas, no hay límites. Pero también tiene que estar en la ecuación con lo que la Casa quiere hacer en términos de elegancia, algo que tenga alma.
Legado, innovación, emoción y pasión, la fórmula del éxito de Pascal Raffy
Rita Segura: La filosofía de Bovet es muy clara, pero también hay que considerar lo que está sucediendo con las tendencias en la relojería. Cómo se adapta Bovet a esto, qué rumbo cree que va a tomar en los próximos 10 años la Casa?
Pascal Raffy: No me gusta hacer revoluciones. Me encanta pensar evoluciones, es diferente. Sí, una evolución nos permite ir paso a paso. Y cada vez que uno puede llegar con algo más interesante, son ciclos de pensarlo, diseñar, desarrollar con los ingenieros.
Los efectos de moda, no me gustan. La moda es efímera, pasa, la tradición se queda por siempre, aunque aclaro, ser tradicional no significa ser aburrido. No ser viejo con una mentalidad old fashion, no, pero tiene que haber sustancia. Y nuestra relojería es muy específica: arte decorativo e innovaciones con toques de modernidad sin irnos al extremo.
RS: ¿Hay alguna complicación que le falte incluir en alguna de sus piezas?
PR: Hay muchas aún de verdad, pero hay que saber hacerlas todas juntas con lógica, no es el hecho de añadir complicaciones.Lo que es importante es que mi coleccionista, como yo, de manera muy egoísta, disfrute de su reloj, que aprecie el arte que hay en él.
RS: ¿Cuál es su reloj favorito de Bovet?
PR: Tendría que decir que The Monsieur Bovet porque es una definición de 200 años de historia de la Casa. Me costó siete años de desarrollo porque además incorpora el sistema Amadéo que permite transformar un reloj de pulsera en un reloj de mesa, de bolsillo, de collar sin necesidad de utilizar ninguna herramienta.
Cuatro usos diferentes y la ergonomía es muy fina. Es una lección de la historia de la Casa y de la historia relojera con el reloj de bolsillo.
RS: ¿Cuáles considera que han sido las piezas más difíciles de desarrollar?
PR: Nuestro calendario perpetuo que es de muy alta calidad. Hacer un calendario perpetuo no nada fácil. Y después hemos hecho evoluciones, hasta el que tenemos hoy.
Otro reto es la cronometría, lograr el balance entre la energía y una cronometría idónea hasta el fin de la reserva de marcha.Y esto se calcula, se piensa y después el cómo se decora cada componente. Porque si un componente no está bien al micron con las tolerancias, el movimiento falla.
Por eso le decía que el equipo es todo, el ser humano, el resto es relativo. Tenemos que recordar que hace dos siglos no había maquinaria como hoy y los relojes de bolsillo de Bovet del siglo XIX siguen funcionando hasta ahora, ahí la prueba.