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ESTRELLA EN EL CIELO
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Hay pocas piezas tan intrépidas y originales como el Santos de
Cartier, características que le han valido un lugar inamovible en el
corazón de un grande de Hollywood: Jake Gyllenhaal.
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La historia de este gran clásico
comienza con el nacimiento mismo
de los relojes de pulso. Si bien
estas piezas ya habían sido creadas
desde 1868, fueron pensadas solo
para dama. No fue sino hasta 1904
cuando Louis Cartier fabricó el
primer reloj de pulsera para hombre,
nada menos que para el piloto
aviador Santos Dumont, quien
necesitaba saber la hora precisa
durante sus vuelos sin necesidad de
recurrir al engorroso proceso de
sacar su reloj de bolsillo. Fue así
como uno de los modelos más
emblemáticos de la Maison vio la luz,
y fue tan aclamado que se empezó
a fabricar para el público en general
tan solo siete años después. Para el
icónico diseño del Santos, Cartier
eligió una forma cuadrada con ocho
tornillos visibles, y su innovador
aspecto lo convirtió en un símbolo
de la relojería Cartier, lo que dio pie a
toda una colección.
Desde la fabricación del original,
que se produjo en oro amarillo con
correa de piel de becerro color café,
la pieza se ha ofrecido en diversos
materiales como acero, oro amarillo,
oro rosa, oro blanco y la combinación
de oro y acero, con o sin diamantes.
Su brazalete ha sabido adaptarse
también a las exigencias de los
gustos más sofisticados, y puede
ser usado con uno de acero, de
oro o con correa de piel de becerro
o aligátor. Actualmente, diversos
modelos integran el calibre
automático 1847 MC; además, la
durabilidad de sus materiales lo hace
resistente a golpes y arañazos, está
protegido contra el magnetismo
hasta 1,500 gauss y tiene 300 metros
de hermeticidad.
Desde su lanzamiento al mercado,
Santos ha fascinado a propios y
extraños con su atrevida figura
cuadrada y su extraordinaria
precisión y, aunque ha pasado por
varias etapas de rediseño, nunca
ha traicionado su esencia, cualidad
que comparte con su embajador,
el actor Jake Gyllenhaal. Nacido en
1980, desde los 11 años ha aparecido
en películas que le han garantizado
un merecido lugar entre los actores
más prolíficos de su generación.
Producciones como Donnie Drako,
Nightcrawler y Love and Other
Drugs, le valieron nominaciones
al “Independent Spirit Award”, al
“Golden Globe” y, finalmente, al
“Óscar” como mejor actor de reparto
por Brokeback Mountain, por la
que finalmente ganó el “BAFTA”, su
actuación más galardonada hasta
ahora.
Con tantas ocupaciones,
Gyllenhaal conoce el valor del
tiempo y la importancia de medirlo,
así que no es extraño que una
de sus últimas actuaciones haya
sido precisamente para la primera
película de Santos, dirigida por
Seb Edwards, y Time Project de
Sølve Sundsbø, doce hipnotizantes
capítulos que exploran la relación
entre Cartier y el tiempo con la
ayuda de la impactante presencia
actoral de Gyllenhaal.
Karla Otero
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