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como el Pebble Beach Concours d’Elegance y el Goodwood Revival.
En este caluroso viernes de finales de octubre, Rolex nos permite conocer los lugares del autódromo mexicano donde se gesta el milagro tecnológico de la Fórmula 1. En el pit wall, por ejemplo, cada persona tiene una pantalla que muestra una infinidad de datos en tiempo real recogidos por los sensores y los sistemas de telemetría instalados en los coches. Así se pueden conocer los parámetros de rendimiento de todos los autos y pilotos para establecer las estrategias.
Rolex nos abre las puertas del Control de Carrera (Race Control) de la FIA, el centro neurálgico del Gran Premio de México. Una pared está tapizada con más de 30 pantallas que muestran cada sector de la pista. Los puestos del director de la carrera y de su equipo tienen sus propias pantallas con toda la información necesaria. Aquí se toman las decisiones sobre el desarrollo de la carrera con base en lo que se observa en las pantallas y en la información de los comisarios. Esto incluye las banderas amarillas o rojas, el safety car, el virtual safety car, las penalizaciones a los pilotos, etcétera.
En esta visita única entramos al Broadcasting Centre de la Fórmula 1, donde se produce la transmisión televisiva del Gran Premio de México. También hay una pared tapizada de pantallas con las imágenes en vivo captadas por las cámaras de ultra alta definición repartidas por el autódromo. Se calcula que la infraestructura incluye entre 60 y 70 kilómetros de cableado de fibra, 38 antenas, 12 nodos para la red de computadoras, 28 cámaras ultra HD y 147 micrófonos. In situ hay más de 100 personas que trabajan simultáneamente con una cantidad similar de gente en el Media & Technology Centre de Biggin Hill, en Inglaterra. Una carrera de Fórmula 1 es quizá el evento deportivo más desafiante de producir.
Manuel Martínez Fotos: James Moy
El Control de Carrera del Gran Premio de México.
El Broadcast Centre de la Fórmula 1.
El safety car y el medical car.
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