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A la pantera, animal de poder de la Casa desde 1914, se suman la jirafa, la cebra y una nueva criatura que solo Cartier podía crear.
con matices cromáticos que van del oro rosa al oro amarillo; la composición de la mitad con textura de jirafa se remata con siete diamantes con engaste cerrado.
La caja de 36 mm en oro blanco rodiado es parte del espectáculo. El bisel está engastado con 26 diamantes, seis zafiros amarillos y nueve granates naranjas talla brillante, mientras que la corona tiene un diamante talla pirámide.
Ronde Louis Cartier fragmentos de oro
La pantera, musa de Cartier, parece surgir del fuego –o provocarlo– sobre un fondo negro. La figura del animal está elaborada sobre una lámina de oro de unas micras de espesor. Luego se coloca entre múltiples capas de esmalte negro y translúcido que se vitrifica al cocerlo, y se agregan toques de esmalte rosa translúcido para darle calidez y armonía. Los colores y las formas se modulan mediante polvo de oro.
El esmaltado de esta carátula lleva
más de 46 horas de trabajo. El reloj tiene una caja de 42 mm en oro amarillo, con 103 diamantes talla brillante y un diamante talla piramidal en la corona.
Ronde Louis Cartier destellos de Panthère
Nadie objetaría si la carátula de este reloj se exhibiera en cualquier museo de arte moderno del mundo. Los artesanos de Cartier han logrado lo que la propia Maison considera la expresión más masculina y gráfica de la pantera, que nos observa con dos diamantes talla pera a manera de ojos.
Para obtener el efecto de fragmentación, se crea una rejilla de oro que presenta un trabajo de marquetería con 124 elementos minúsculos: briznas de paja, componentes de madera, elementos de oro amarillo y oro blanco, fragmentos de cristal de zafiro y de nácar. El conjunto se complementa con un revestimiento negro y una capa pigmentada azul. La caja del reloj mide
42 mm y es de oro blanco rodiado. La corona tiene un cabujón de zafiro.
Mael Vallejo
WATCHES WORLD 39