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SPECIAL REPORT
EL RASTRO DE RIEUSSEC
Montblanc celebra el bicentenario del cronógrafo entintado con el Star Legacy Nicolas Rieussec Chronograph, Edición Limitada 200, piezas que une los mundos de la escritura y la Alta Relojería. ...................................................
El vínculo entre Nicolas Rieussec y Montblanc tiene algo de poético. En 2008, la marca alemana, famosa por sus instrumentos de escritura, lanzó un reloj de pulsera que reinterpretaba el primer cronógrafo entintado de
la historia, obra del relojero francés. Rieussec bautizó su invención como “cronógrafo”, palabra derivada de las raíces griegas chronos (tiempo) y graphein (escribir). En efecto, su dispositivo servía para escribir el tiempo al registrar su transcurrir con un trazo de tinta. Se diría que
él y Montblanc estaban destinados a encontrarse, aunque fuera metafóricamente.
En 2021, el cronógrafo entintado
de Rieussec cumple 200 años y Montblanc lo celebra con el modelo Star Legacy Nicolas Rieussec Chronograph Edición Limitada 200. Pero antes de hablar de esta pieza, recordemos cómo vio la luz su fuente de inspiración.
El 1o de septiembre de 1821, Nicolas Mathieu Rieussec (1781-1866) fue a una carrera hípica en el Champ-de Mars de París. Su objetivo era probar “un cronómetro concebido para medir de forma fidedigna el tiempo en el que los caballos recorrían
las distancias estipuladas en las carreras. No solo para el ganador, sino también para todos los participantes”, según un acta de la prefectura del departamento del Sena de aquel año.
Su solución fue construir un aparato con dos contadores giratorios para minutos y segundos, y un plumín fijo. Éste dejaba una marca de tinta negra sobre los contadores para indicar el tiempo que le tomaba a un caballo cruzar la línea de meta. Montblanc retomó el principio de los discos giratorios desde 2008. Este elemento es el sello de identidad de sus relojes Nicolas Rieussec y se mantiene en la pieza conmemorativa de 2021, que tiene una sola aguja central fija para ambos contadores: el de 60 segundos a la izquierda y el de 30 minutos a
la derecha.
La carátula es particularmente atractiva, con su color dorado y el guilloché grain d’orge. Los contadores del cronógrafo son de titanio dorado con acabado satinado. A las 12 h hay un círculo descentrado, abombado
y lacado en blanco con las horas y
los minutos en números romanos,
y el centro dorado con efecto rayos
de sol. A las 9 h tiene un indicador día/noche, y a las 6 h, una ventana
de fecha fijada con tornillos azules. Además de las tres agujas azuladas, hay otra troquelada y rodiada para
un segundo huso horario. En el anillo exterior con guilloché filet sauté,
se leen las inscripciones “Nicolas Rieussec” y “Homage 200 ans”.
El movimiento exhibe el conocimiento de una firma que tiene dos estupendas manufacturas en
las montañas del Jura suizo: una en Le Locle y otra –la histórica Minerva– en Villeret. Se trata del calibre MB R200, un cronógrafo monopulsador automático con rueda de pilares, embrague de disco vertical, barriletes dobles y 72 horas de reserva de marcha. Tiene un mecanismo
rápido para ajustar la hora y la fecha, muy práctico para los viajeros que cambian de huso horario; ambos indicadores se pueden reiniciar en sentido horario o antihorario sin variar la posición del minutero.
Por ser una Edición Limitada a 200 ejemplares, la masa oscilante tiene un tono dorado con guilloché grain d’orge y una inscripción con la fecha 1° de septiembre de 1821. La expresión más reciente del vínculo poético entre Rieussec y Montblanc se materializa en una caja de 44.8 mm en acero, rematada por una correa en piel de caimán marrón.
Gerardo Nino
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