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                                                        Special Report
Los relojes de arena y el 2020
Cada granito de arena cae sobre el cristal del reloj de arena acinturado que deja pasar el tiempo según su ancho y así el tic tac sería constante; pero precisamente porque se pulve- riza el tiempo dentro de él, es que lo entendemos pasando continuamente hasta que acaba de hacerlo y necesita
fuerza renovadora.
Darle vuelta y volver a em-
pezar es la parte fantástica
y simétrica del mismo, que vuelve a contar, como pulsador a cero de cronógrafo. Falta un giro de 180 grados para que inicie otra vez.
Así, el 2020 parece haber transcurrido encerrado en un reloj de arena, que de plano parecía detener el paso del tiempo en su cintura, lo que nos hizo creer que nadie ven- dría a darle esa vuelta nece- saria para seguir adelante. Sin embargo, ahora vemos cómo
el ímpetu, y –a veces– hasta la necedad de varios relojeros por llevar a cabo acciones excep- cionales durante la pandemia, hicieron posible seguir adelan- te. Tuvimos oportunidad de pa- rar, observar, ver cómo caía la arena e imaginarnos el futuro, mientras vivíamos un presente de cuarentena, distanciamiento y relaciones virtuales.
El tiempo es quizá lo único
cierto que está pasando, como la vida. Y el Swiss Made marca el año con relojes que serán recordados por siempre.
Si de algo sirvieron los relojes de casa –donde vivimos en- cerrados–, fue para sonar y así escuchar la hora, para poner atención en el paso del tiempo con su tic-tac, para dar cuerda a los de bolsillo y acariciar los de los abuelos y bisabuelos
que ya no están. Al escuchar su melodioso tic-tac, entendí que nunca había disfrutado tanto de los diferentes artefactos para medir el paso del tiempo que he coleccionado. En al- gunos, pude ver a través de las sombras que proyecta el sol el paso de la primavera al verano y luego al otoño, amane-
ceres y ocasos, y precisamente de los relojes de arena, que como nunca han trabajado sin cesar teniéndome en casa. Un tiempo de retos, pero en equipo con la relojería y con uste- des nuestros lectores –que han interactuado en plataformas digitales–, con las manufacturas que han abierto sus puertas de par en par para presentar los grandes relojes del año. Esa
misma fortaleza ha surgido
de estos tiempos, para hacer- nos saber que hay un futuro enorme por vivir. El ímpetu del equipo de Watches World se dirigió en este tiempo de confinamiento, a crear una fórmula digital que comple- menta perfectamente la logís- tica y permite que usted pueda tener “Más relojes en su vida”, haciéndolos llegar hasta su casa mediante unos cuantos clics. Colabora de este modo con todo el proceso de distribución del Swiss Made en México, y con el negocio que refleja el amor de los mexicanos por la Alta Relojería. Asimismo, se patentiza nuestra creencia de que la innovación y la creati- vidad son la fuerza generadora del bienestar empresarial.
El reloj de arena, de mesa y pared, destacan más que nunca en el hogar. A veces me parece que de tanto contemplar algu- no, conozco cada granito que
guarda en su interior. Mientras la gravedad hace su trabajo, nos recuerda que por la parte más delgada también pasa la fuerza que nos deja ver el futuro, y entre todos, podemos regresarlo a cero y seguir adelante. Que ese gran reloj que es el planeta, nos permita seguir viviendo, siga fluyendo y lo cuidemos como nunca en la práctica y con conciencia... por “Más relojes en su vida” llegamos al final de 2020, o más bien, al comienzo de una nueva década...
Manuel Mejía
 WATCHES WORLD 73















































































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