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Rita Segura
Special Report
Un modelo que rompió esquemas
El éxito del Royal Oak no fue inmediato debido a que sus 39 mm de dimensión rompían con lo establecido en la década de los 70, época caracterizada por relojes de menor tamaño.
La revolución que este modelo iba a desencadenar en el universo de la relojería apenas se estaba gestando:
era la primera vez que un reloj no destacaba exclusivamente por su técnica y sus materiales, sino también por su imagen.
Este inesperado giro modificaría el hasta entonces conocido sistema de valores de la relojería. En ese nuevo rumbo, la calidad y la fiabilidad eran esenciales y el Royal Oak ofrecía ambas cualidades, por lo que se consolidó como un modelo de alta gama.
Pocos años después, este reloj de diseño diferente sedujo a un público de iniciados: coleccionistas, exitosos hombres de negocios, así como figuras del jet-set internacional lo lucieron con orgullo en eventos de todo tipo.
De vuelta a sus orígenes
Cuarenta años después, Audemars Piguet se prepara para seguir cosechando éxitos a través de las ocho nuevas referencias que completan dos familias distintas dentro de la colección Royal Oak: por un lado, la de los extraplanos y por otro, la que engloba a los automáticos y de cuarzo. Los primeros presentan ahora un motivo PetiteTapisserie, mientras que los segundos se caracterizan por carátulas con motivo GrandeTapisserie.
Lo realmente destacable es que aun cuando ambas líneas son visualmente distintas -sobre todo en sus carátulas-, logran reinterpretar los códigos y los valores originales de la colección. En pocas palabras, son la expresión de la evolución que ha transformado a este reloj de vanguardia en un modelo icónico.
La línea de los Royal Oak automáticos y de cuarzo
· Royal Oak Cronógrafo - 41 mm. · Royal Oak Automático - 41 mm.
· Royal Oak Automático - 37 mm.
· Royal Oak Cuarzo - 33 mm.
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