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Special Report
RoAyal Oak Offshore Grand Prix Altas prestaciones mecánicas
udemars Piguet lo ha vuelto a hacer: el Royal Oak Offshore Grand Prix es muestra de su incesante búsqueda por elevar la técnica relojera. Con sólo verlo, este reloj expresa la simbiosis entre el automovilismo y la relojería: los contadores de la esfera evocan el tablero de instrumentos; la forma de la corona, un engranaje; y el bisel, un disco de frenos ventilado. La colección está compuesta de tres relojes editados en serie limitada.
Técnica y materiales
De frente, de perfil, o por donde se vea, todos los ángulos revelarán la misma conclusión: las formas son dinámicas y complejas, como las de un auto exótico.
La primera de ellas se muestra con una caja de carbono forjado, coordinado con un bisel cuya parte superior también es de carbono forjado, mientras el aro inferior hace lucir los reflejos de la cerámica negra. Es un ejemplo de la sofisticación de esta colección: los biseles están compuestos por dos aros calados superpuestos y encajados. Los tornillos sobresalen ligeramente de la superficie del bisel, poniéndolos de relieve. Esta primera versión presenta un aspecto muy deportivo, en el que predomina el negro destacado por el rojo de la esfera, así como una placa central de aluminio anodizado decorada con la «Mega Tapicería», marca de fábrica del Royal Oak Offshore.
Cabe señalar que exclusivamente para esta serie limitada se ha replanteado la «Mega Tapicería». Al trabajarla en negativo aporta más relieve, logrando una mayor evocación de las tomas de aire de los autos de carreras.
Como otro detalle sutil, también encontramos el rojo en la corona, ornamentada con un casquillo de aluminio anodizado.
La segunda interpretación propone una caja de oro rosa. Este material noble contrasta con el bisel de carbono forjado y cerámica negra. Sobresale también con el flanco izquierdo de la carrura, dotado de una pieza de carbono forjado cuyo diseño recuerda a un extractor de aire. Igualmente lo hacen con los protectores de pulsadores de carbono.
La tercera versión incluye un bisel de carbono forjado y cerámica negra combinado con una caja de platino 950.
Si hay que alargar la lista de detalles, no podemos dejar de mencionar las cuatro tomas de aire, situadas en la 1:30 h, 4:30 h, 7:30 h y 10:30 h, que le hacen eco a los pernos que también evocan el mismo tema. Al sumar los detalles, se concluye que estos tres modelos son una vitrina del savoir-faire técnico de Audemars Piguet.
El Royal Oak Offshore Grand Prix, que lleva el Calibre 3126 de carga automática, ha sido íntegramente concebido, desarrollado y producido por la Manufactura Audemars Piguet. El cronógrafo 3840 está adaptado para ofrecer una exacta medición del tiempo. Objeto de constantes evoluciones, el Calibre 3126/3840 se distingue por su gran fiabilidad y logros, como en su versión de carbono forjado. El Royal Oak Offshore Grand Prix sólo pesa 120 gramos.
Cerámica negra, titanio ennegrecido o satinado con microesferas, aluminio anodizado, platino 950 y oro rosa, completan la gama desplegando una extraordinaria combinación de materiales. La Manufactura, por cierto una de las más antiguas de la alta relojería, nos ha permitido ver
otra vez su maestría relojera y la innovación de la que es capaz. Nosotros seguimos pensando que esta creatividad es lo que proyecta a la marca hacia el futuro.
 




















































































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