Cartier Privé Tank à Guichets es una creación inusual del legado del emblemático Tank renace para seducir con la sutil combinación de complejidad técnica y depurada estética. La Maison parisina lanza cuatro piezas que invitan a leer la hora de forma distinguida en Watches & Wonders 2025
Un perfecto lienzo expresivo mecánico al servicio de la eternidad. El refinamiento de Cartier recrea una pieza magistral del icónico patrimonio del Tank, un guardatiempo que no es sólo un reloj, sino un principio filosófico y estilístico del paso del tiempo. El nuevo Tank à Guichets es la perfecta unión de diseño y forma en una creación de líneas completamente depuradas cuyo protagonismo lo adquiere la visualización de la hora.
Cartier cotiza al alza con este espectacular “neovintage”, uno de los más raros e inusuales de esa numerosa y exitosa familia que, a diferencia de seductores hermanos como el Tank Cintrée, Normale, Anglaise, Chinoise o Americaine, entre otros, despliega el juego de la ingeniería mecánica de la hora saltante. Una dinámica transformación para sublimar la estética de la alta relojería. Cabe recordar que Cartier Privé es una colección singular, toda una referencia para amantes y coleccionistas, que desvela cada año una reinterpretación de uno de los relojes más emblemáticos de la Maison parisina.
Origen inspirador
Máxima expresión de la belleza con los mínimos elementos precisos en la definición esencial de un reloj total: caja y correa. La nueva edición de Cartier Privé, ese atelier exclusivo de la belleza más seductora de la Maison, recupera este año el Tank à Guichets, fabricado por primera vez en 1928. La idea del Tank original nació en 1917, aunque no se comercializaría hasta 1919. En 1917, Louis Cartier, nieto del fundador, diseñó un reloj que tomó como inspiración la banda de rodadura del tanque Renault FT-17, la máquina de guerra francesa de la Primera Guerra Mundial.
El primer Cartier Tank fue regalado al general estadounidense John Pershing en 1918 como símbolo de victoria. Este reloj de creación original sería una piedra de toque para que el llamado “Rey de las Formas” ejercitara su libertad incondicional y lograra sorprender, una y otra vez, con las innumerables creaciones sofisticadas de su universo relojero.
Tank à Guichets
Sus variaciones son inagotables y ya conocidas. En 1997, tuvimos una edición más reciente del Tank à Guichets con motivo del 150º aniversario de Cartier. Y, posteriormente, en 2005, una última edición especial de esta pieza también en la colección Cartier Privé, limitada a 150 ejemplares de oro rosa. Esta nueva interpretación se centra en dos estéticas. El primer modelo retoma el aspecto del reloj de 1928, con la apertura de las horas a las 12 h y la de los minutos a las 6 horas. Esta recreación de la Maison está ahora disponible en oro amarillo, oro rosa y platino. Pero también hay una versión limitada a 200 piezas en platino con la apertura de la hora a las 10 h y la lectura de los minutos a las 4 horas.
Todos los modelos visten una elegante correa de piel de aligátor en color: “Seis años después del Tank Louis Cartier, Louis Cartier fue un paso más allá en su búsqueda de la pureza con el Tank à Guichets. La hora se visualiza únicamente mediante dos aperturas en la caja. La carátula tradicional se sustituye por un único volumen: la caja, íntegramente elaborada en oro, de líneas sobrias y proporciones milimetradas”, explica Pierre Rainero, el director de Imagen, Estilo y Patrimonio de Cartier.
Visionario de las formas
Cartier Tank à Guichets (Tank de ventanilla, literalmente) nacería en 1928, justo un año antes de la Gran Depresión, como una propuesta mecánica visionaria y moderna avant la lettre, cuando la prisa parecía acelerar el presente con el desarrollo del automóvil, la velocidad de la vida urbana creciente y la industrialización de las grandes capitales en general. Una forma inmediata y rápida de ver la hora en dos ventanas que indican, respectivamente, horas y minutos continuos en una carátula completamente limpia que forma parte integral de la misma caja y donde las manecillas han desaparecido. Técnica al servicio del diseño. Ideas y formas como un inagotable principio rector creativo que logra convertir un guardatiempo en objeto singular y mágico.
Legado Tank
“Con un mecanismo de horas saltantes y minutos continuos en el disco, la sofisticación de la técnica relojera está al servicio de la estética, como siempre en Cartier”, asegura Pierre Rainero. El nuevo reloj Tank à Guichets salta al ritmo del movimiento 9755 MC de cuerda manual, calibre con horas saltantes y minutos continuos en el disco desarrollado especialmente para esta creación. Como en el reloj original, la corona que da cuerda está situada a las 12 horas. El reloj no es hermético. El satinado de la caja contrasta con las angarillas horizontales con acabado pulido, que acentúan la forma del reloj. En cuanto a la parte central, está realizada en oro o platino cepillado.
En el segundo modelo de platino, la serie limitada a 200 unidades, tiene las dos aperturas colocadas de manera oblicua, como rasgo estilístico que rinde homenaje a los años treinta del pasado siglo, cuando la firma realizó diferentes ediciones únicas de este reloj en un momento especialmente estimulante por su riqueza creativa, refinamiento estético y desarrollo de las formas.
“Trendsetter chic”
Mucho antes de que surgieran los primeros relojes digitales, estos modelos de doble ventana para la indicación de las horas y los minutos, tuvieron gran éxito con sus primeras producciones. Cerca de cumplir un centenario, el nuevo Cartier Privé Tank à Guichets reaparece en el mercado como una lección valiosa de rico patrimonio, legitimidad y autenticidad creativa. Formas que no caducan y demuestran que el presente puede prolongarse otros 100 años.
El Tank, considerado el primer reloj de pulsera de la Modernidad, sigue cobrando relieve y protagonismo en el escaparate de la industria relojera. Una pieza que nació, paradójicamente, bajo el signo del espíritu bélico, se ha convertido en uno de los mayores iconos trendsetter chic de la industria, la moda y la alfombra roja.
Elegante, sutil y de proporciones armónicas, ha vestido la imagen de Clark Gable, Jacqueline Kennedy Onassis, Andy Warhol, Muhammad Ali, Truman Capote e innumerables personalidades. “Quítate de la muñeca ese reloj tan feo y ponte este”, cuenta una anécdota de Truman Capote, cuando le prestó su reloj a un periodista que lo entrevistaba. Declaración de estilo para un reloj que ha superado la condición de obra de arte. Cartier Privé Tank à Guichets resurge como símbolo cultural para apasionados de la alta relojería.
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