Comprar relojes falsos es una mala inversión. Sí, más allá de verte mal, de robar la propiedad intelectual de quienes laboran en la industria y cometer un delito, también es una pésima inversión.
De acuerdo con la Fédération de l´industrie horlogere suisse FH, el valor estimado los artículos de lujo falsificados es superior a los 400 mil millones de dólares anuales. La falsificación es un fenómeno que nos concierne a todos. Cada año se ofrecen a la venta decenas de millones de relojes suizos falsos, mientras que la industria relojera suiza produce alrededor de 30 millones de relojes originales. Los relojes falsos representan el 9% de las incautaciones aduaneras, colocando a los relojes solo en segundo lugar después de los textiles como los productos más falsificados.
Las razones de este dudoso éxito son múltiples. En primer lugar, está el internet. Al ofrecer productos falsificados a los consumidores al amparo del anonimato y sin intermediarios físicos, el internet ha revolucionado la distribución de relojes falsos y ha dado un impulso considerable a las ventas. Asimismo, la falsificación de relojes es una forma muy eficaz de blanquear dinero obtenido de otras actividades ilícitas, y por este motivo es un sector de actividad muy popular para los empresarios sin escrúpulos.
Vale la pena señalar que en Suiza, como en muchos otros países, la importación de un reloj falsificado está prohibida por ley, incluso en el caso de piezas únicas compradas de buena fe para uso privado.
La solución está en nosotros: sin demanda, la oferta de productos falsificados se agotaría.
Por qué comprar relojes falsos es una mala inversión
- Pone en riesgo tu salud: sí, porque los materiales utilizados por la relojería formal no son los mismos empleados por los falsificadores. La mayoría de las ocasiones los fake watches están fabricados con materias primas de menor calidad que pueden resultar tóxicas o provocar alergias al contacto con la piel. Parece mentira, pero las pinturas, solventes y demás químicos utilizados en las copias pueden ser riesgosos para tu salud.
- Apoyas el crimen organizado: al comprar un producto falso estás contribuyendo financieramente a los vínculos que esta «industria» tiene con el crimen organizado. El canal de venta es el mismo que comprende la ilegalidad del robo de relojería, bienes, tráfico de armas y actividades de contrabando, prostitución, trata de blancas, etcétera.
- Explotación laboral: las manufacturas cuentan con diferentes controles de empleo, ofrecen seguridad social, económica y física a quienes laboran para ellas. No así las empresas que fabrican relojería o artículos copia, ya que son organizaciones que no están dadas de alta por sus diferentes gobiernos, por lo que tampoco entregan condiciones laborales justas o medianamente adecuadas a su personal. En ocasiones emplean un gran número de menores de edad que no se benefician de ningún tipo de protección.
- Robo a la propiedad intelectual: si a ti no te gusta que te roben las ideas, imagínate que lo hicieran después de que hayas invertido en investigación y recursos para llevarlo a cabo. Los falsificadores se adueñan del nombre, renombre, investigaciones, diseño y derechos de propiedad intelectual no sólo de las empresas, sino de quienes laboran en ellas. Cuando pienses que «no estás haciendo daño a una familia necesitada, sino a un imperio o grupo multimillonario», piénsalo dos veces. La protección de la propiedad intelectual está justificada no solo moralmente (los diseños deben ser reconocidos y protegidos) sino también económicamente (las inversiones y la toma de riesgos deben ser recompensadas). La propiedad intelectual, por tanto, contribuye al desarrollo y al progreso.
- Destruye puestos de trabajo: contrario a lo que pudieras pensar, las plazas de trabajo dependen del crecimiento de las empresas, por ello a falsificación afecta directamente a las redes de distribución legítimas, que a menudo no pueden hacer frente a esta competencia desleal. A medida que aumenta el número de quiebras, se pierden más puestos de trabajo. La falsificación contribuye cada año a la pérdida de más de 200,000 puestos de trabajo en todo el mundo. Para los gobiernos, esto representa pérdidas fiscales, es decir, dinero público que no se puede reinvertir.
- Cárcel y penas: no sólo el que vende, sino el que compra falsificaciones está cometiendo un acto fuera de la ley, en este sentido no hablamos de un comportamiento inofensivo. Como comprador corres el riesgo de sufrir sanciones penales, civiles y aduaneras. En muchos países, la simple posesión de productos falsificados se considera un delito. Además, los legítimos titulares de los derechos de propiedad intelectual pueden reclamar daños y perjuicios. Las aduanas también están autorizadas a incautar y destruir productos ilegales y a imponer multas elevadas.
Continúa con: cómo saber si mi reloj es original.
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