Más de 200 años de excelencia respaldan esta nueva creación de Bovet. El Récital 12 Origin es, sin duda, una pieza especial que deja huella en la relojería.
El arte es, por definición, la actividad humana que tiene como único objetivo crear objetos singulares y estéticamente agradables, y la firma relojera Bovet ha cumplido cabalmente con esta misión por más de dos centurias. Ahora, fiel a su tradición, presenta una pieza única en todos los sentidos.
El Récital 12 Origin cumple con todos los requisitos para ser un objeto de colección muy codiciado: es bello, raro y valioso. Todo en esta pieza es arte en estado puro, empezando por su carátula fabricada a base de roca de meteorito que le da una cualidad fuera de este mundo, y deja constancia de su estatus exclusivo, pues nos remite a un viaje por las estrellas que es una alegoría de la travesía que ha llevado a cabo la firma a lo largo de dos siglos.
Igual que los meteoritos, la trayectoria de Bovet ha superado el tiempo y la distancia para ir desde su creación en las montañas de Jura, Suiza, hasta las manos de coleccionistas y conocedores otorgándoles con esta pieza un estatus único.
El Récital 12 Origin es una representación material del movimiento, alude a todo aquello que se mueve: un avión, un yate, o un auto deportivo. Esta cualidad dinámica se refleja en su carátula Open Work que permite admirar la compleja actividad de su maquinaria.
En esta pieza, Bovet privilegia la visión del movimiento incluso por encima de la hora misma que se puede leer en una carátula descentrada para las horas y los minutos, con el icónico guilloché “Flor de loto” característico de Bovet recubierto con ocho capas de laca brillante.
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Los demás materiales que conforman esta pieza no son menos impresionantes. La caja de 40 mm está fabricada con titanio grado cinco y diseñada con el característico estilo Dimier. Fue cuidadosamente diseñada para resguardar una delicada máquina de cuerda manual que, con un solo barrilete, garantiza una reserva de marcha de nada menos que siete días o 168 horas.
Por su parte, el brazalete del Récital 12 Origin cuenta su propia historia: tomó alrededor de dos años para diseñarse pues es el primero que lanza la Maison, que solía presentar todas sus piezas con correa. El mismo Pascal Raffy –dueño de Bovet– y su equipo pasaron todo ese tiempo probando distintas variantes y atendiendo a todos los detalles.
Produjeron varias versiones combinando formas y materiales que descartaron hasta conseguir el brazalete actual, fabricado también en titanio, que cuenta con una extensión de hasta tres milímetros para adaptarse a los cambios de grosor de la muñeca durante el día, lo que lo hace extremadamente cómodo además de durable y sofisticado, pues el titanio es fuerte, resiste la corrosión e hipoalergénico.
Bovet, con su absoluto compromiso con la maestría y el trabajo artesanal tiene claro que una experiencia sensorial procura un estado de placer o un sentimiento de gozo, y para los usuarios de estos relojes, esta satisfacción proviene de sus impecables manifestaciones tales como la forma, el aspecto visual y el movimiento de cada pieza.
Pero, como la belleza no es para todo el mundo, esta obra de arte total ha sido producida como una edición bastante limitada, así que solo 45 afortunados tendrán la oportunidad de llevar en su muñeca más de 4,5 mil millones de años entreverados con 200 años de impecable tradición relojera.