Page 53 - Impreso
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                la curva. Su cometido es permitir que la espiral se desarrolle concéntricamente durante sus expansiones y contracciones, evitando así un desequilibrio que provocaría el adelanto o el atraso del reloj, haciendo de la máquina un guardatiempo impreciso.
El relojero ajustador tuerce primero hacia arriba la espiral terminal, imprimiéndole una ligera pendiente. En la cumbre de ésta, aplica una nueva torsión hasta que queda perfectamente paralela a las otras espiras. Por último, le dará una curvatura ligeramente inferior proporcionándole la forma de la curva llamada Phillips, en nombre del ingeniero francés que a finales del sigo XIX describió las condiciones teóricas que este tipo de curva debe cumplir.
Toca el turno a la colocación del pitón o empitonado, en la extremidad de la curva terminal - segundo elemento de sujeción de la espiral -. El papel de esta pieza microscópica es crear un vínculo entre el puente del volante y la espiral, la cual está asegurada al puente del volante mediante una espiga tan pequeña como una pestaña. Gracias a ella se procederá a la primera regulación de la frecuencia del conjunto. En esta etapa el relojero procede a la regulación final que determinará la precisión del reloj.
Este oficio se encuentra aún en algunas Manufacturas, como en Chopard Manufacture, en Fleurier, –decidió seguir realizando a mano– y en el seno mismo de la Manufactura una de las operaciones más originales y específicas de la relojería, agradecemos a esta marca las imágenes e ideas rectoras de estas páginas.
Marco Alegría
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