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Pieces
Cartier:
deliciosa tentación
En la vida, así como en la relojería, existen diferentes tipos de placeres: algunos pueden parecer llenos de culpa, otros, pequeños pecados sin importancia. La realidad es que en el caso de la Manufactura de 1847: Délices de Cartier, resulta una tentación relojera.
Con una estética más audaz, moderna y femenina, el diseño de la nueva estrella de la casa francesa redefine el concepto de delicadeza. El magnífico ejemplar ha sido acompañado de un brazalete que tuerce en la carátula y se extiende, simulando así la envoltura de un caramelo.
La pieza cuenta con 21 configuraciones entre las que se puede elegir, de acuerdo con su personalidad, oro rosa o blanco y de la misma manera, escoger si quiere brillantes engastados o si prefiere un toque más conservador y minimalista para su muñeca.
Basado en los rasgos del emblemático Baignoire, el nuevo modelo expresa completa libertad de creación en el diseño, sin dejar de presumir el sello inconfundible que lo identifica como un Cartier.
Equipada con una caja de oro rosa u oro blanco de 18 quilates, la nueva colección de Cartier ofrece tres diferentes tamaños de caja: pequeña, grande y extragrande, dependiendo
de la versión, así como del número de diamantes engastados en la pieza.
Doce números romanos en color negro y manecillas de acero azulado en forma de espada, marcan las horas y los minutos dando así una lectura clara, precisa y elegante. Un movimiento de cuarzo Cartier calibre 157 da vida a
la más reciente creación de la Maison Cartier para dama, demostrando
el savoir-faire con un toque audaz, femenino y delicioso.
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