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Tantos relojes, y ¿las horas no pasan? Manuel Mejía
Writers Words
Existen tantos relojes hechos por manos expertas, que parece que el tiempo no pasa por ellos. De hecho no pasa, pues guardan el mismo principio de una cuerda que de manera regulada pasa cierta cantidad de movimiento a las distintas partes del reloj, con lo que mantiene la misma cadencia para marcar la división del tiempo en segundos, minutos, horas, días, meses, etcétera. Por eso digo que al parecer no pasan las horas por ellos. Esto me trae a la mente la imagen de mi abuelo dándole cuerda al reloj de su antecomedor, ése que marcaba las horas con las manecillas y el sonido que emitía cada vez que la encargada de los minutos llegaba a la señal de las doce del día. Lo único que él hacía era “dar cuerda” y el reloj “liberaba cuerda de una forma medida y ordenada”, así como tocar un gong cada hora. Obviamente, el reloj de pared de mi abuelo se escuchaba por toda la casa, y aunque el que usted lleva en la muñeca no se escuche, ambos siguen el mismo principio de controlar el movimiento de todas las piezas.
Aunque aparentemente son los mismos mecanismos desde que se creó la cuerda con liberación de energía medida para coincidir con el paso del tiempo, hoy vemos una notable evolución en los ejemplares que exhibieron varias Manufacturas en las ferias de relojería que se presentaron en esta primera parte del año. Los materiales han cambiado con objeto de eliminar por completo al enemigo número uno de la relojería de exactitud: la fricción. De hecho, se habla de hacer desaparecer la lubricación del reloj a través de enormes avances en materiales como el silicio, que debido a que es muy resistente al desgaste, conserva sus propiedades durante mucho tiempo y de este modo el reloj puede ser muy exacto casi a perpetuidad. Imagine una espiral de
diamante que realiza el trabajo continuo de equilibrar la energía y por ello no presenta ninguna variación en sus movimientos diarios. Las piezas del reloj de mi abuelo eran de metal, pero seguramente en la actualidad tendrían que ser reemplazadas o ajustadas para que las variaciones de tiempo no fueran muy amplias, a pesar de que mi abuelo cada día le diera cuerda con la llavecita que guardaba celosamente en su saco.
En realidad, la concepción de la relojería ha cambiado en cuanto a los materiales usados, pero también por las extensas investigaciones que han llevado a crear nuevas fórmulas no sólo para complicarlos más o dar más opciones de lecturas del tiempo, sino para hacerlos mucho más durables y exactos. Tome por ejemplo al TAG Heuer concepto de este año: mide milésimas de segundo, y si bien era impensable alcanzar su velocidad, hoy su mecanismo de cronógrafo es el más rápido de manera mecánica. Para arrancar sólo se utiliza un pulsador y para pararlo también, y a esa velocidad no es fácil esta proeza sin deshacer parte del reloj. Imagine ir en un auto a más de 500 kilómetros por hora y meter el freno súbitamente, ello ocasionaría que la masa siguiera hacia adelante aunque las ruedas ofrecieran resistencia. Ahora imagine llevarlo a 500 kilómetros por hora, seguramente tardará varias decenas de segundos en alcanzar
esa velocidad.
En el caso de este reloj, el inicio es a
velocidad máxima y el paro es inmediato, midiendo así las milésimas del tiempo que usted necesitaba cronometrar.
Las horas han pasadoen las áreas de desarrollo de las Manufacturas de alta relojería en Suiza.
Este año nos queda claro que los avances continuarán y que la relojería no dejará de sorprendernos. Mismo principio, pero mejorado por las mentes que a diario piensan en hacerlo más confiable y exacto.
Gracias abuelo por haberme hecho escuchar las horas en virtud de la cuerda que sin falta dabas al reloj de pared. Eso me llevó a descubrir el mágico mundo de la relojería que se perfecciona día a día, ese universo de piezas que en conjunto nos leen el tiempo en una carátula. Tictac...
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