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Special Report
El rojo es la emoción del tiempo
n los últimos años y quizá con mayor insistencia durante las últimas presentaciones de colecciones relojeras, nos hemos encontrado con una constante: el color negro predominante contrastado con acentos rojos. Cuando repetidamente vemos varios ejemplares, olvidamos las tendencias para reflexionar en su funcionalidad y la razón de nuestra preferencia.
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El proceso del negro
Desde hace algunos años se viene hablando del caucho, material que incorporó el color negro a las correas. Sin embargo, en
los metales para relojes se han usado nuevas técnicas, como la vulcanización del metal, lo cual podemos apreciar en el Black
Sea de Ulysse Nardin que aparece en estas páginas. Pero también encontramos a menudo el proceso DLC -que significa “Diamond Like Carbon”-, que presenta materiales más duros que el diamante y más delgados que el teflón. Este avance, que se usa en motores de auto para darles mayor potencia y en partes mecánicas para reducir su fricción, desgaste y duración, ha sido tan positivo que incluso se usa en la industria médica para implantes. Si hablamos de diseño relojero, ha llevado a crear un color negro resistente y
cada día más constante, lo que en algunas aplicaciones puede ser percibido como acero ennegrecido. El vivo ejemplo lo tenemos en el Chopard Racing Superfast Chrono Split Second que luce aplicaciones de este proceso.
El otro método que encontramos con frecuencia es el PVD
negro (Physical Vapor Deposition), que además de representar una protección extrema para los relojes, se impregna de manera perfecta en los metales y registra una alta resistencia al maltrato
o desgaste, por lo que en general forma parte de los relojes para personas con una vida muy activa. Este terminado lo ha usado el Concord C2 presentado en Basel, ya que ha sido adecuado para un cronógrafo que se usa en ambientes difíciles.
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