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WATCHES WORLD 43
caja se ha realizado mediante un láser que crea
una imagen en relieve en 3D. Esto no solamente
le otorga profundidad sino realismo a la imagen
del buzo al reverso.
Pero el gran diseño solamente es una parte
de la ecuación. Para ser considerado un reloj de
buceo certificado serio, es necesario que Montblanc
garantice un rendimiento óptimo bajo cualquier
circunstancia. Para ello, cada reloj fabricado se
somete a una prueba de laboratorio. Aquí se
garantiza que cada pieza sea resistente a los golpes,
al magnetismo, a cambios bruscos de temperatura y,
por supuesto, al agua.
El reloj cuenta nuevamente con una hermeticidad
de 300 metros y tiene cierres reforzados para mayor
seguridad. Tal como la regla ISO 6425 exige, el reloj
posee insertos de Super-LumiNova en manecillas,
índices y el punto a las 12 h del bisel. De esta manera,
se garantiza una legibilidad óptima incluso en
condiciones escasas de luz debajo del agua.
Finalmente, este modelo monta el calibre MB 24.17
automático, basado en el confiable Sellita SW200
suizo. Este movimiento está compuesto por 26 joyas y
late a una frecuencia de 4 Hz (28,800 alternancias por
hora). Con una reserva de marcha de hasta 38 horas, el
reloj ofrece funciones de horas, minutos y segundos,
además de una ventana para el fechador a las 3 horas
en color blanco para contrastar con la carátula. Es así
como Montblanc garantiza un reloj con todas
las prestaciones de un calibre Swiss Made para
su uso diario.
Con este reloj, Montblanc nos demuestra el
compromiso que tiene con la relojería. Ante el gran
recibimiento de su primer reloj de buceo, la firma con
una historia que data de 1906, continúa evolucionando
con la creación de productos de lujo que no
solamente destacan por su calidad indiscutible, sino
por su elegante diseño. Sin duda alguna, la era de los
relojes deportivos de Montblanc ha comenzado con
un gran golpe sobre la mesa.
La caja está elaborada en "cupro
aluminium", una aleación especial más
resistente a la corrosión que el bronce
tradicional. Por su parte, la carátula se
elabora con una técnica ancestral única
llamada "gratté-boisé".