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WATCHES WORLD
NEW PIECES
LUJO ENTRE IGUALES
Rolls-Royce y Vacheron Constantin
¿A qué marca le pediría que creara
un reloj único para montarlo en el
tablero del Rolls-Royce Amethyst
Droptail? El propietario de este auto
–también único– escogió a Vacheron
Constantin. Tenía claro que la firma
cuenta con el departamento Les
Cabinotiers de relojes bespoke. Así
nació Les Cabinotiers Armillary Tour-
billon, que se integra a la perfección
en el interior del coche.
Vacheron Constantin desarrolló un
soporte para extraer el reloj. También
permite girarlo 180 grados para ajus-
tar la hora, darle cuerda y admirar
el reverso del calibre 1990. El marco
exterior ligeramente curvado del
soporte está hecho en acero pulido, y
el marco interior biselado es de acero
texturizado con láser y PVD negro. La
base del reloj se fija a una placa de
oro blanco, decorada con guilloché
“rayos de sol” y una Cruz de Malta. Se
puede cubrir con una tapa de acero,
y si el reloj y el soporte se retiran para
ponerlos en su cofre de exhibición,
un soporte idéntico, pero vacío, ocu-
pa su lugar.
La caja del Cabinotiers Armillary
Tourbillon es de acero y mide 43.8
milímetros. Su carátula es de cristal
de zafiro transparente, lo que permi-
te ver el maravilloso calibre 1990. La
platina tiene un revestimiento galvá-
nico NAC de color malva con acaba-
do satinado circular. Combina con la
tonalidad del Rolls-Royce Amethyst
Droptail, inspirado en la amatista,
que es la piedra natal del hijo del
dueño. Los puentes tienen aristas
biseladas a mano y están adornados
con Côtes de Genève, al igual que
los puentes de la parte trasera del
mismo color malva.
El calibre 1990 es un movimiento
manual con una indicación bi-re-
trógrada de las horas y los minutos.
Recuerda a los velocímetros tradi-
cionales con agujas de barrido. En
la parte inferior está el tourbillon
armilar, bautizado en honor de
Antide Janvier, un relojero del siglo
XVIII que inventó una esfera móvil
con un sistema planetario conocida
como esfera armilar. Un tourbillon
está más que justificado dado la po-
sición vertical del reloj en el tablero
del Rolls-Royce.
Gerardo Nino



































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