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44 WATCHES WORLD
SPECIAL REPORT
En la Manufactura Breguet se respira
historia desde antes de franquear
la puerta automática de cristal que
da al vestíbulo. Se ubica en la Rue
Alfred Lugrin del pueblo de L’Orient,
Suiza, en el corazón del valle de Joux.
Lugrin fue el fundador de Lémania,
el legendario fabricante de relojes y
mecanismos que proveía a algunas
de las Casas suizas más prestigiosas.
Desde 2001, Breguet ocupa la
antigua sede de Nouvelle Lémania,
como se rebautizó a esa marca en
1981. Las instalaciones son amplias
y modernas, y Breguet ha hecho
varias expansiones. Pero en cada
momento de la visita, se tiene la
sensación de estar caminando en los
pasos de los gigantes que crearon
varias de los relojes más importantes
de las últimas décadas.
En términos de legado, Breguet no
le pide nada a ninguna otra Maison
de Alta Relojería. Por el contrario,
la firma custodia un patrimonio
sin comparación en el sector: el de
Abraham-Louis Breguet (1747-1823),
considerado uno de los mejores
relojeros –o el mejor– que ha existido.
Ese reconocimiento unánime
se debe no solo a las múltiples
invenciones de su autoría, como el
tourbillon, el muelle de gong o la
espiral Breguet, sino a la maestría
estética que lo llevó a crear el “estilo
Breguet” con elementos que se
utilizan hasta la actualidad, como el
guilloché, las agujas pommé y las
cifras arábigas Breguet.
Artesanía mecánica
En nuestro recorrido por la
Manufactura, somos testigos de
los enormes esfuerzos que la Casa
realiza para mantener vivos los
oficios artesanales, en especial el
guilloché. Tiene uno de los talleres
más grandes de esta especialidad
en Suiza, con unos 30 tornos
actuales fabricados por Breguet
que parten del mismo principio
de funcionamiento de los tornos
antiguos que la firma restaura para
exponer en sus boutiques. Aunque
son prácticamente idénticas a
sus predecesoras, las máquinas
modernas cuentan con una mejor
Por: Manuel Martínez
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El espíritu innovador
de Abraham-Louis Breguet no
se limitó a la técnica, sino que
abarcó el diseño de sus relojes,
un legado al que se rinde
tributo cada día en el pueblo
suizo de L’Orient.
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EN LA MANUFACTURA BREGUET
Un paraíso artesanal