Page 50 - Impreso

POINT OF VIEW
Grand Seiko Hi-Beat SBGH295 Soko Frost.
El primer Grand Seiko de 1960.
Los calibres 9S85 y 9R65.
48 WATCHES WORLD
GRAND SEIKO
El secreto de la alta precisión y la relojería artesanal
Hace unas semanas, visité Japón con un Grand Seiko en la muñeca y comprendí el poderío de la marca en los puntos de venta en Tokio. Aprecié su forma, diseño y peso, y no hubo quien no halagara su carátula. El éxito de esta firma, con tecnología única y movimientos propios con una precisión al nivel de la mejor Alta Relojería, es fruto de un legado de muchos años.
Impulsada por el sentido de urgencia que se apoderó de Japón tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Seiko recurrió a la innovación para competir con la industria global y superar lo que había en el mercado. Dos relojes fueron esenciales para el desarrollo del calibre 3180, el primer movimiento de Grand Seiko, surgido en 1960. Uno fue el Lord Marvel de 1958, con volante regulador grande y un sistema especial de resistencia a impactos; el otro fue el Crown de 1959, que optimizaba la precisión con un volante de 12 mm, un barrilete más grande y otro sistema de amortiguación, además de ruedas con tecnología de retención de lubricación. De ellos nació el calibre 3180, uno de los más precisos de su época.
Lo que vemos dentro de un Grand Seiko actual es el resultado
de una consecución de tecnologías patentadas, que llevan cada
vez a una mayor precisión. Es el caso del Spring Drive (calibre 9R), que cuenta con un regulador eléctrico, pero cuyo barrilete es la fuente principal de energía. O de su movimiento de alta frecuencia (calibre 9S), el Hi-beat 36,000, con una reserva de marcha de 55
horas. También está el cuarzo de alta especificación (calibre 9F) con compensador térmico y el doble de pulsaciones de un cuarzo normal, por lo que llega a la alta precisión de +/- 10 segundos al año.
El arribo de Grand Seiko a México significa la entrada al mercado de una firma de grandes vuelos relojeros. Ponerse uno es comprenderlo.
Manuel Mejía