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El estilo all black o total black es
muy apreciado por los aficionados
a la relojería. Apareció en 1972 con
el Porsche Design Chronograph I
y, poco a poco, se convirtió en una
categoría en sí misma. Muchos relojes emblemáticos tienen versiones de este
tipo, y a ellos se suma ahora el
Turbine de Perrelet.
La nueva pieza se llama
Turbine Carbon Black Edition y es
una iteración muy emocionante del
reloj cuya carátula tiene la famosa
turbina que gira con el movimiento
natural de la muñeca. El cuerpo
central de la caja de 44 mm está
compuesto de policarbonato y fibra
de carbono. Gracias al uso de estos
materiales, el reloj es muy ligero y
cómodo en la muñeca. También es
robusto y presenta una excelente
resistencia a los cambios térmicos y los
agentes químicos, y cuenta con una hermeticidad de 100 metros. Tanto el
bisel plano como el fondo son de acero
inoxidable revestido de PVD negro con
acabado mate.
La turbina de 12 palas es de aluminio Un total black resplandeciente anodizado negro, por lo que al girar
a gran velocidad da la impresión de desaparecer. Los únicos elementos
blancos de la carátula son la escala de
los segundos en el reborde, el logotipo
de la marca y la inscripción Swiss Made.
La correa negra combina caucho y
piel de becerro con costuras grises.
Se entrega en un estuche táctico con
una correa de caucho adicional y la herramienta para intercambiarla.
Una cosa es tener un icono y otra
muy diferente es saber qué hacer
con él para mejorarlo y lograr que
siga siendo relevante. Perrelet lo ha
conseguido con el Turbine, como lo demuestran el Turbine Rainbow, los
nuevos Turbine Pilot y este modelo
total black. Y la evolución no es solo
estética. Además, el Turbine Carbon
Black Edition está equipado con el
calibre P-331-MH automático con
42 horas de reserva de marcha,
certificado COSC, un mayor rendimiento y fiabilidad, y una mejor
protección contra los impactos.
Alberto Gutiérrez
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