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La escritura del tiempo: el éxito de Montblanc
Guillermo Lira
  Una personalidad imponente, un hombre de negocios de gran visión: el Señor Montblanc en persona, quien en el Salón
de la Alta Relojería de Ginebra compartió con nosotros
la concepción de la relojería de la marca. Aun cuando los instrumentos de escritura han formado y hecho crecer a
la firma, Lutz Bethge, CEO mundial de la empresa, nos revela que quizá en los próximos cinco años el valor de las operaciones de relojes puede llegar a ser más elevado que el de las plumas. Tal es el impacto de su éxito relojero.
Hoy, Montblanc ha logrado prestigio por el desarrollo de movimientos propios, que los mismos entendidos han reconocido. Sin duda hay infinidad de historias que se escriben alrededor del tiempo, como la fortuna de ser testigo de la fundación de la escritura del tiempo con el NicolasRieussec, que por cierto en Ginebra presenta su versión Hometime.
Montblanc: sinónimo de alta relojería
Watches World: ¿Cómo construir piezas que resalten la imagen de la alta relojería?
Lutz Bethge: Emprendemos varias acciones a la vez. Vea por ejemplo nuestro tourbillon bicilíndrico, o los proyectos especiales como el Timewriter II Bi-Fréquence, capaz de medir hasta milésimas de segundos. Partimos de ideas
de valor, como es la escritura del tiempo; los relojeros expertos son quienes trabajan en Minerva y encauzamos la pasión a nuestras piezas de Le Locle.
WW:¿Ha sido una gran aventura?
LB: Al principio mis antecesores compartieron esta pasión y creyeron en el proyecto. Hoy, a años de distancia, tenemos nuestros propios valores relojeros y todo el mundo reconoce nuestro compromiso con este negocio e industria.
WW: ¿Cómo logra controlar la distribución y la demanda?
LB: Es un trabajo intenso. Hemos dedicado espacios muy especiales para las piezas relojeras. Se debe ser capaz de colocar cada producto en el punto de venta adecuado, acompañarlo de los productos correctos y conseguir que sobresalga de la escena.
WW: Ha recurrido a personalidades para que sean la imagen de sus plumas especiales, ¿lo hará con los relojes? LB: Lo hemos hecho con éxito en nuestras ediciones
de colección de Montblanc en instrumentos de escritura. En relojes, hasta ahora sólo lo hemos desarrollado con
la Princesa Grace de Mónaco. De hecho tenemos que conseguir que la historia de los personajes compagine con la historia e imagen de los productos.
WW: ¿Cómo conceptualiza su colección?
LB: Podría decir que fácilmente. En cuanto a la vertiente contemporánea, tenemos el Starwalker y el Timewalker; en lo clásico está el Nicolas Rieussec, y en plumas la Meisterstück. Desde el punto de vista de lo artesanal, encontramos los Minerva. En 10 o 20 años, cuando alguien observe su reloj lo apreciará, lo atesorará, pues hay mucho de contemporáneo en productos hechos con tanta dedicación.
WW: ¿Cuál es su reto actual?
LB: Crear, construir, centrarnos tanto en las pequeñas cosas que inspiran como en lo que hace grande a una compañía. Precisamente encontrar distintos caminos para lograr distintas metas.
WW: ¿Y la operación mexicana?
LB: Es una historia de éxito. Acabamos de ampliar al doble nuestra boutique en la zona de Polanco, y hay nuevos proyectos. Ahora, con el cambio de dirección, estoy seguro de que con nuestra nueva ejecutiva tenemos todo para consolidar el camino del éxito.
WW: ¿Cuál es su complicación preferida? LB: Probablemente el cronógrafo.
La paradoja del cronógrafo
Las leyes de la física son inviolables. El principio de conservación de la energía establece la imposibilidad
de medir el tiempo con una precisión de 1/1,000 de segundo. Sin embargo, tales leyes al parecer son inalterables sólo si vivimos en un mundo de tres dimensiones. Montblanc ha conseguido algo impensable para muchos
con la revelación de la nueva estrella de la Manufactura: el Timewriter II ChronographeBi-Fréquence 1000.
La pieza encarna una idea completamente nueva transformada en realidad a través de la maestría relojera de Minerva, capaz de llevar sus creaciones a una
cuarta dimensión.
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