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Pieces
El Toro
Como cada año, Ulysse Nardin nos sorprende con un diseño diferente, una pieza única que llama la atención no sólo por su dedicación técnica, sino también por su
estética, que plasma creatividad tanto funcional como en su diseño.
En esta ocasión, hasta el nombre es creativo y resulta uy latino, ya que nos muestra a El Toro, una pieza muy poderosa en su fuerza visual y en su construcción. Empezaremos por decir que es un calendario perpetuo con función de doble huso horario y un movimiento de cuerda automática, con lo que la manufactura pretende posicionarlo como el más amigable jamás producido que ha pasado todas las pruebas necesarias.
Su personalidad no radica exclusivamente en el diseño -que resulta un gusto descubrir-, sino que también le imprime intemporalidad y resalta por la elección de los materiales elegidos.
En esta pieza el bisel y los pulsadores son de cerámica, y las manecillas esqueletadas permiten una legibilidad máxima de todas las funciones del calendario. Su doble huso horario se manifiesta en que con los pulsadores de más y menos, la hora local se puede adelantar o atrasar de un solo toque sin tener que quitarse el reloj. Asimismo, la manecilla de punta dorada toma el tiempo de la hora de referencia de donde se habita.
Debido a su forma de cruz, el cuerpo que permite la lectura de diferente información se suma a su buen diseño y a los distintos pisos en los que se realiza la carátula. Sin duda, Ulysse Nardin vuelve a atraer las miradas tanto por sus diseños como por su mecánica.
El Toro cuenta con el Calibre UN 32, 34 joyas, 45 oras de reserva de marcha y certificado de cronómetro C.O.S.C. Será una edición limitada a 500 piezas en oro rojo y platino en tamaño de 43 mm de diámetro. Correa en caucho y piel de cocodrilo.
Guillermo Lira