Explorando nuevos territorios creativos, Audemars Piguet y KAWS desafían los límites y revolucionan la forma de leer el tiempo con un lanzamiento verdaderamente extraordinario: el Royal Oak Concept Tourbillon Companion.
La historia de Audemars Piguet es legendaria, desde su fundación en 1875 estaba predestinada a romper con los estándares y encontrar un espacio privilegiado en el mundo de la Alta Relojería. Con un espíritu visionario lanzaron en 1972 el Royal Oak como símbolo de vanguardia y modernidad, estableciendo un nuevo referente: el reloj deportivo de lujo.
Durante más de 50 años la firma suiza ha lanzado varias versiones de este icónico modelo, cada uno más sorprendente que el anterior. Este último lanzamiento garantiza su permanencia entre las piezas más sofisticadas y modernas de la Manufactura, pues demuestra que la creatividad no se limita al ámbito artístico, sino que se extiende a todas las áreas de la vida.
Para esta ocasión, Audemars Piguet unió fuerzas con el artista neoyorkino KAWS para renovar la vocación innovadora del Royal Oak. De esta colaboración única surge el Concept Tourbillon Companion que integra al icónico personaje en su carátula, dejando de lado la lectura del tiempo y otorgándole protagonismo absoluto en un diseño que mira sin tapujos hacia el futuro.
El artista ha dejado de manifiesto su habilidad de crear algo nuevo y único, sin depender de ideas preexistentes, pues las manecillas de la hora y el minuto giran alrededor del perímetro del movimiento y del dial. Esta manera de leer el tiempo es absolutamente innovadora.
La figura de Companion ha sido plasmada en todo tipo de contextos, materiales, formas y lugares, con su sorprendente dicotomía de significados que a nadie deja indiferente y ahora se integra al mundo de la relojería de lujo en esta pieza única. Se trata de una miniatura del personaje colocada en el centro de la pieza de 43 mm que parece “asomarse” con curiosidad a través del cristal de zafiro que recubre la carátula.
Toda la pieza está fabricada en titanio, tanto la caja como la carátula que alberga la pequeña figura de Companion, hecha del mismo material, con ojos de “x” y corazón de zafiro: una sugerente alegoría de la vida y la muerte.
La placa de la carátula sobre la que se posa la imagen es de titanio con motivo “rayos de sol” y sus manecillas e índices periféricos son luminiscentes de emisión azul. El acabado de la pieza alterna entre el satinado cepillado y el arenado lo que le otorga no solo textura, sino una profundidad impresionante. El look se complementa con una corona de cerámica negra que le otorga hondura al diseño.
Como una chispa que enciende la originalidad de su diseño, el mecanismo de la pieza no es menos sorprendente, está impulsado por un movimiento Calibre 2979 de cuerda manual en el que el sobresale el tourbillon ubicado a las 6 horas. Esta delicada complicación de alta gama asegura que los efectos de la gravedad no afecten la precisión del reloj.
En el fondo de zafiro revela los puentes de titanio del movimiento y están fabricados con el motivo acolchado característico de KAWS y está grabado con tres motivos que lo enlazan todo: “Swiss”, “39 Jewels” y Audemars Piguet.
La pieza tiene incluidas dos correas intercambiables, una de piel de becerro gris claro y cierre desplegable de titanio. La otra es del mismo material, pero en gris pizarra y ambas tienen efecto textil. La producción de esta atrevida versión del Royal Oak, está limitada a 250 piezas.
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