Las ediciones limitadas de Portugieser Tourbillon Rétrograde Chronograph son elegancia pura. No siempre se cumple el “menos es más”, especialmente cuando se trata de IWC Schaffhausen demostrando proeza técnica sin sacrificar belleza. ¿El resultado? Un exclusivo Portugieser tan complicado como vistoso.
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Una historia de medio siglo
Los códigos estéticos de IWC Portugieser Tourbillon Rétrograde Chronograph vienen de décadas atrás. La icónica colección Portugieser de IWC Schaffhausen nació en 1939, adelantada a su época, como lo demuestra su desaparición por espacio de unos 54 años, hasta 1993, cuando fue relanzada para celebrar el 125 aniversario de la Maison.
Ya estando el mundo preparado para ella, ha continuado evolucionando para incorporar nuevas complicaciones, aunque fiel a su diseño original: una caja de metal redonda y de gran tamaño, numerales arábigos y manecillas en forma de hoja. De esta manera, una de las familias de relojes que incluye grandes proezas técnicas en la alta relojería es Portugieser. Una prueba de esta aseveración de esta edición limitada.
Funcionalidad implacable
En IWC Portugieser Tourbillon Rétrograde Chronograph se adapta el calibre 89900 de cuerda automática. El movimiento incluye un tourbillon con dispositivo de parada, que permite detener el tourbillon en cualquier momento, independientemente de la posición del volante y la jaula, con lo que el volante, y por ende el tren de engranaje y todas las manecillas, también se detienen, permitiendo ajustar el tourbillon con precisión de segundos.
La segunda complicación, una indicación de la fecha retrógrada, muestra la fecha con una manecilla que se mueve en un arco desde el 1 hasta el 31 del mes, el cual puede ajustarse desde la corona, y proporciona una experiencia muy particular del paso del tiempo. La función de cronógrafo incluye un totalizador de las horas y los minutos en un contador a las 12 horas.
Este Portugieser se presenta en dos versiones limitadas a 50 piezas: una con caja de platino y carátula plateada, y otra con carátula azul y caja en oro rojo de 18 quilates Armor Gold, una formulación propiedad de IWC Schaffhausen que resulta en un oro de cinco a diez veces más duro que el oro rojo convencional. Ambas se complementan con una correa de piel de aligátor azul de Santoni, cristal de zafiro antirreflejante en ambas caras, hermeticidad de 30 metros y una reserva de marcha de 68 horas.
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