Cuando al parecer no queda nada más que demostrar, Cartier nos responde con una marea de producto que merece toda nuestra atención, y es que pocos son quienes se arriesgan a develar una línea nueva de tanto en tanto y, también, pocos son quienes verdaderamente consiguen el nivel de éxito y posicionamiento como lo ha hecho Cartier a lo largo de su historia.
Para muestra basta un botón, y ese botón se llama: Santos, Tank, Tortue, Crash, Ballon Bleu, Calibre, y Clé de Cartier…
Una caja que se inspira en la sencillez de las formas, en este caso la circular, por lo que no busque rasgos intrincados, sino uno mucho más puro, elegante y cargado de innovación. El zafiro le corona a las 3 horas con un corte patentado, mientras que su movimiento de carga manual 1847MC ha sido desarrollado in-house por el departamento comandado por Carole Forestier. Asimismo, Clé de Cartier puede cargarse manualmente si se le desea, mientras que la manipulación del tiempo se realiza de manera sencilla y lúdica. Su nombre significa “llave”, y en realidad lo es, pues es la clave para ingresar al reloj y fundirse en el tiempo de la creatividad de la Maison.
Asimismo, nos centramos en las piezas de joyería y en el desarrollo patentado del engastado “vibrante” que posee el Ballon Bleu Vibrati, cuyos diamantes vibrarán con el movimiento de su afortunada poseedora. Posee tres patentes pendientes, y seguro será un nuevo éxito en la familia Ballon Bleu.
Las artes están presentes en Cartier, pero también sus artesanías, utilizando filigrana, dominando la marquetería y el engastado, la Maison vuelve a demostrar su buen gusto con una dualidad de panteras expectantes del horizonte y de una carátula animada por movimiento propio. Mientras que el damasquinado con diferentes oros es utilizado por la Casa y los relojes prendedor han llegado para quedarse.
Finalmente destacamos tres piezas que llaman poderosamente la atención, una por la complicación de utilizar la base del calibre esqueleto y números romanos para sostener al Astrotourbillon, mientras que el Crash confirma el buen conocimiento mecánico de la firma con sede en La Chaux –de– Fonds (división relojera), al realizar un calibre mecánico esqueletado en la forma de una caja Crash. Ahora bien, el plato fuerte fue dejado al final, y se trata de la Grande Complication, un nuevo calibre, el más complicado realizado en casa que posee la particularidad de indicar calendario perpetuo, torbellino y repetidor a minutos por pulsador.