TAG Heuer ha presentado algo más que un reloj, la siguiente innovación en pro de la precisión del siglo XXI. Su nombre es Nanograph, un componente basado en el carbono que se desarrolla mediante un proceso químico en donde los átomos de carbono se disponen en una red hexagonal y se hacen crecer en una cámara de reacción especial sobre obleas de silicio.
El primer paso es determinar la forma de la espiral, así como sus dimensiones, mientras que en un segundo paso se introducen átomos de carbono que forman una superficie amorfa dentro de la estructura. TAG Heuer decidió que dicho componente fuera lanzado en su tourbillon con calibre manufactura y certificación COSC.
Una nueva superespiral
El órgano regulador es el rector de la precisión de todo reloj, por lo que si este elemento miniatura falla o es alterado por alguna fuente externa como el calor, los choques o la gravedad, la indicación del tiempo no será la correcta.
Por más de 200 años la espiral había sido desarrollada en diferentes aleaciones metálicas que, si bien habían brindado una gran solución en términos prácticos, no habían podido compensar del todo los factores externos que inciden en ella.
La creación de la espiral de silicio –a principios del nuevo milenio– trajo consigo una gran solución contra el magnetismo, pero no ha logrado contrarrestar sus problemas de fragilidad y poca practicidad para el servicio posterior.
Tras nuestro encuentro en Ginebra con Mr. Guy Bove, director técnico de producto para TAG Heuer y con el genio detrás del proyecto, Guy Sémon, nos enteramos que dicha investigación tomó más de 3 años y medio, dando paso a una nueva generación de espirales desarrolladas en la manufactura de la Casa en La Chaux -de- Fonds.
Lo sorprendente: es hasta 6 veces más resistente a los choques que el silicio, puede ser ajustable de manera tradicional por medio de la raqueta.
- La ligera espiral de baja densidad es virtualmente inmune a la gravedad y los impactos.
- En el laboratorio de TAG Heuer, varios relojes se pusieron a prueba en una caída de 5.000 g/1 m a una superficie dura.
- Las espirales metálicas se doblaron y las de silicio se rompieron, pero la espiral de compuesto de carbono quedó intacta.
- Las oscilaciones perfectamente concéntricas son posibles gracias a la geometría de la espiral de compuesto de carbono y mejoran la precisión del reloj.
- La espiral de compuesto de carbono se fabrica con la virola fijada; esta pequeña pieza, que fija la espiral metálica al eje del volante, generalmente requiere un montaje complejo y genera más imprecisión.
- La espiral de compuesto de carbono es completamente antimagnética, lo que elimina el problema de la imprecisión creada tras poner el reloj en contacto con una fuente magnética.
- Se ha obtenido un comportamiento térmico y aeroelasticidad de óptima calidad combinando la espiral de compuesto de carbono con un volante de aleación de aluminio.
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Heuer 02 Tourbillon Nanograph
Se trata del primero de los relojes de TAG Heuer que contarán con dicha tecnología, pues podríamos prácticamente asegurar que dicho órgano formará parte de otras colecciones y calibres, como el Heuer 01 Carrera. En esta ocasión, la referencia presenta una caja de carbono y titanio con vivos color amarillo y patrón que replica la estructura molecular del carbono.
El desarrollo de esta primicia mundial ha tardado años, con su ambición de mejorar el rendimiento y la precisión de los relojes mecánicos. Las innovaciones creadas en el TAG Heuer Institute pueden comparase con los peldaños de una escalera, en la que cada innovación siempre lleva a la siguiente. La espiral de compuesto de carbono es el primer paso de un proceso que nos llevará a más mejoras propias de la marca que ya están en proceso de desarrollo. Guy Sémon, CEO del TAG Heuer Institute.
Este elemento forma parte de la nueva generación de desarrollos y aleaciones para la creación de espirales. El silicio y el nuevo Nivachron, basado en aluminio, conforman la nueva propuesta de cara al futuro.