Tudor se ha reinventado y en los últimos años ha presentado una generación de producto lleno de historia, pero dotado de las mejores tecnologías, las cuales le confieren valor al producto.
Actualmente los llamados millennials son poco dados a pensar en un instrumento de precisión mecánica, artesanal; prefieren adquirir tecnología y/o no vivir atados al tiempo. Sin embargo la relojería mecánica tradicional tiene valores que hasta ellos, nosotros, reconocemos.
Está hecho para el que quiere un reloj mecánico atemporal, confiable, lleno de historia y personalidad…
Si bien fue presentado hace ya algunos años, el rediseño contempla corona de grandes proporciones, carátula de laca negra, índices robustos y generosos, además de las conocidas agujas snowflake, elementos que continúan haciendo evidente el aire de familia inspirado en los relojes submarinos de la década de los 50. Asimismo la robustez de la carrura continúa pero es mucho más delgada. El cristal de zafiro plano y un bisel pulido se contemplan en esta referencia, que comulga entre los valores de Black Bay con las necesidades del ejecutivo joven, sin perder la historia estética que nos encanta y que es reconocible a “kilómetros de distancia”.
Recordando la visión de la marca por reincorporar su glorioso pasado a partir de nuevas tecnologías disponibles, Heritage fue relanzada con un cronógrafo de la marca inspirado en un modelo de 1970. A partir de ese momento la industria en general ha tomado piezas de esta década para ejecutarlas en nuestros tiempos. Propulsado por el legendario calibre modular 2824 de remonte automático, este reloj indicará con precisión las: horas, minutos, segundos y la fecha por 38 horas continuas de autonomía.
Correa icónica: si bien la referencia 79540 se abrazará al pulso mediante un brazalete de acero inoxidable o correa de cuero con cierre desplegable y cierre de seguridad, cada ejemplar se entrega con una correa adicional en tejido de camuflaje con cierre de hebilla, este strap es producto de una asociación con una empresa francesa que posee más de 150 años de experiencia en la técnica Jacquard, por lo que básicamente contar con esta segunda correa es contar una historia paralela al objeto que mide el tiempo.