Si alguien hiciera un collage con los retratos de la gente famosa que ha lucido piezas de Cartier a lo largo del siglo XX y XXI, tendríamos ante nosotros a un grupo de las personas creativas más interesantes e influyentes de los últimos tiempos.
Pensemos en actores y actrices como Rodolfo Valentino, Gary Cooper, Yves Montand, Alain Delon, Grace Kelly, Catherine Deneuve, Jacqueline Bisset, Jake Gyllenhaal, Austin Butler, Jeff Goldblum, Elle Fanning y Rami Malek. En músicos como Mick Jagger, Patti Smith y Tina Turner. En el escritor Truman Capote y el artista Andy Warhol. En los diseñadores Yves Saint-Laurent y Tom Ford. En el aviador Alberto Santos-Dumonta. Además, claro, del boxeador Muhammad Ali. Y esto solo por mencionar algunos.
Todo comienza con el diseño
Todos ellos han tenido carreras gloriosas y obras memorables, pero también se han distinguido por su sentido innato del estilo. Esa mirada capaz de identificar los objetos hermosos que perdurarán para siempre y usarlos como si hubieran sido pensados para ellos. La intuición que les advierte cuándo la forma de un reloj es mucho más que el círculo, cuadrado o rectángulo que se ve a primera vista. Estas cualidades, que se presentan sin importar su profesión, explican la atracción que sienten por Cartier.
Porque para Cartier, todo comienza con el diseño. Más que un objetivo, se trata de una intención radical que se ha convertido en el sello de la Maison de lujo. Cartier es una de las pocas firmas capaces de imaginar creaciones joyeras y relojeras que conforman una colección singular de diseños de culto. Basta con mencionar iconos como Santos, Tank, Trinity, Just un Clou, Love, Panthère, Pasha y Ballon blue. Son objetos reconocibles e inconfundibles que se basan en cuatro grandes principios creativos. Cartier los define como la pureza de la línea, la precisión de la forma, la exactitud de las proporciones y la belleza de los detalles.
Los cuatro principios creativos de Cartier
Si hablamos de la pureza de la línea, el deseo de Cartier es llevar el objeto a su expresión más depurada y comprensible a primera vista. Respecto a la precisión de la forma, la marca reflexiona, evalúa los efectos de la simetría, el paralelismo o la asimetría. También invita a la perspectiva, crea profundidad y recurre a las curvas para aportar movimiento. Finalmente, inventa una nueva forma. Así lo ha hecho muchas veces. Y no solo con relojes que replantean las siluetas tradicionales de la relojería, sino con otros que nadie más podría haberse imaginado. Por ejemplo, Tortue, Baignoire, Crash, Tank Asymétrique y Cloche.
La exactitud de las proporciones, tercer principio creativo de Cartier, se refiere al equilibro entre la línea y la forma, el volumen y su armonía. La exactitud se mide a escala del cuerpo humano y se considera la manera de lucir el objeto. “Es entonces cuando la proporción cobra sentido, pues determina la elegancia del objeto que se inscribe con naturalidad en su contexto”, explica la Casa. Esta exactitud original permite a Cartier adaptar las proporciones de las creaciones sin desnaturalizarlas, al ritmo del paso del tiempo y según las tendencias de la época.
Por último, la belleza de los detalles reside en la intuición estilística de un joyero que reconoce la belleza donde está y se atreve a mostrar lo que otros ocultan. Los detalles deben tener sentido, no son gratuitos ni artificiales. Tienen su utilidad, y Cartier no duda en reivindicarla estéticamente.
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