¿Cuáles son las 5 cosas que debes saber de la relojería? Es bien sabido por muchos periodistas que, al abordar un tema determinado en ocasiones damos por sentado que todo el que –amablemente– nos lee, es un entendido de la materia relojera.
Pero ni siquiera los afortunados reporteros que trabajamos y vivimos de este arte lo somos, es decir ¿qué tanto sabemos de un tema?, ¿lo dominamos?, ¿contamos con la autoridad suficiente para abordarlo? Júzguelo usted, comente, cuestione. Hoy proponemos cinco conceptos para entrar en este mundo hermoso, humano y sobre todo atemporal.
1.- ¿Qué es el tiempo?
Regresemos a las bases y definamos que se trata de la magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos. El periodo que transcurre entre el estado del sistema X y el instante en el que éste presenta una variante perceptible para un observador o aparato de medida, es decir: un reloj.
El tiempo estándar se considera a la medición del año sideral, que consta de 365.25 días, a su vez divididos en horas, minutos, segundos y fracciones de segundo, etc. Mientras que el tiempo legal es producto de la aceptación de cierta organización, un país por ejemplo. En países europeos como España, Italia, Suiza y Francia, el tiempo legal es una hora más que el de Greenwich Mean Time (Londres, Inglaterra, primer meridiano), mientras que en México son 6 o 7 horas menos dependiendo el horario en el que nos encontremos.
2.- ¿Qué es un reloj?
¿Sabe usted la respuesta? Seguramente si ve uno lo reconocería, pero finalmente es un concepto humano–aceptado para la medición de un fenómeno que no alcanzamos a comprender en su totalidad, es por ello que proponemos una definición solo para estar de acuerdo, vaya: dispositivo mecánico ideado para proporcionar e indicar el concepto humano del tiempo. Estos aparejos son capaces de fraccionar, contar y guardar una memoria del tiempo transcurrido. A través de la historia, el hombre ha utilizado este tipo de maquinarias para el correcto funcionamiento de la economía, las actividades agrícolas y sociales, sus recorridos y desplazamientos, además de el inevitable efecto que tiene en nuestra piel, cuerpo, órganos etc.
3.- Tipos de relojería:
Vamos acercándonos cada vez más a lo que nos interesa, nuestra colección horológica, pero ¿a poco usted colecciona relojes de péndulo, o solamente aparejos de mesa o pulsera? Haciendo un recuento proponemos los siguientes: reloj de Sol, astronómicos y astrales; de agua (clepsidra) y arena, relojes de fuego y reloj de péndulo; reloj de pulsera, cronómetros, cronómetros marinos y cronógrafos de pulso y de bolsillo; relojes eléctricos/digitales y relojes atómicos; relojes atmosféricos y monumentales.
4.- Complicaciones:
La relojería mecánica debe medir por principio las horas y los minutos de manera precisa, y también los segundos, pero más allá de esto la ecuación se complica debido a agentes a los que llamamos “enemigos de la relojería”, cuya influencia afecta la precisión y el cometido final de un buen reloj. Imagínese sostener un plato en una mano y un vaso en otra, ahora súmele hacerlo a determinada altura durante una o dos horas, agréguele 5 platos a la mano derecha y 10 cubiertos al otro recipiente y súmele 15 horas de peso continuo; añada que ahora debe sostener un saco de arena y no cuenta con otro brazo ni ayuda de algún amigo… ¿se vuelve más complicado? ¿qué opina?
La maquinaria de un reloj está diseñada para exhibir determinadas funciones en la carátula, pero si se le pide indicar alguna adicional se debe pensar en las herramientas necesarias para poder ejecutar dicho requerimiento. Aquí enumeraremos algunas de las más comunes y más solicitadas por los coleccionistas que, como hemos dicho en artículos anteriores, han comenzado desde cero, con la finalidad de poder dar valor a lo que nos eleva el ritmo cardiaco: las grandes complicaciones.
Complicaciones más frecuentes: fechador, calendario (día y fecha) y calendario completo(día, fecha, mes y año); calendario Gregoriano, Egipcio, Chino, Juliano, Republicano, Solar, Lunar o fase de Luna, gran fecha, calendario perpetuo (discierne entre años bisiestos, es decir, posee una memoria mecánica para engranar 29 o 28 día del mes de febrero según corresponda) bóveda celeste, repetición de minutos (cuartos, medios cuartos, con autómatas, Grand & Petite Sonnerie, timbres catedral etc), indicación de segundo huso horario (GMT, UTC), horas mundiales (con ajuste de bisel o corona), ecuación del tiempo (diferencia entre tiempo Solar y tiempo legal) cronógrafo (segundos, décimas, centésimas, milésimas, diezmilésimas) con flyback o rattrapante, indicación de la reserva de marcha, relojería automática (con micro-rotor) y tourbillon (mecanismo anti-gravedad) a diferentes grados y velocidades.
Pero no olvidemos aquello que se considera una complicación ya sea por el número de horas de trabajo artesanal o la ecuación de factores que engloba: esmaltado, pulido, marquetería, ultraplano, esqueletado, biselado, grabado, achaflanado, acaracolado, etc, un sin fin de creaciones que el ser humano utiliza no solo para “romperse la cabeza”, sino para conocer los límites de su creación sin importar el paso del tiempo…
5.- Crisis del cuarzo:
Quizá para usted no sea tan importante, pero para nosotros es fundamental. ¿Sabe usted el significado de la arqueología? Probablemente si no existiera el Swiss Made, esta redacción estaría dedicada a realizar este tipo de periodismo con respecto a los tipos de relojería previo al surgimiento del reloj digital, atómico, eléctrico, etc.
El mecanismo de un reloj es precisamente eso, un cúmulo de piezas que trabajan mecánicamente para fraccionar instantes gracias a una fuente de energía, dígase la gravedad, un impulso o la liberación de ésta tras contenerla y transformarla, es decir la acción de dar cuerda y enroscar el “alambrito tipo resorte” que se contiene en el barrilete y tratará de liberarse regulado por “otro alambrito” que oscila gracias a un volante conectado a un sistema de escape.
El texto anterior no sucede cuando nos referimos al cuarzo, es decir, olvídese de resortes y de la energía dada por el hombre, refiérase entonces a otra fuente: pilas, micro-química, incluso Solar, pero también deshágase de sus artesanos y del expertise que grandes mentes han acumulado y nutrido a lo largo de los años, adiós al nivel de creación que observa e inventa, y que lo hace por placer en beneficio de la humanidad.
La crisis del cuarzo sucedió en la década de los 70, haciendo estragos hasta mediados de los 80; su repercusión “golpea” nuestros días y fue la principal causa de la desaparición de enormes casas relojeras (de aquel entonces) suizas en su mayoría.
Quizá nuestra premisa pueda ser demasiado brusca, discúlpenos si lo es, pero habríamos querido que ese conocimiento continuara nutriéndose, pero se puso en pausa hasta que en 1983 surgió un hombre que potenció el saber hacer helvético, su nombre: Nicolas Hayek, quien fundó Swatch en 1983 e incorporó manufacturas a un grupo que hoy es el más amplio en relojería suiza: Swatch Group.
Con ello no me refiero a que el papel de las casas que no pertenecen a este conglomerado no hayan tenido participación, por el contrario, se adaptaron y merecen todo el reconocimiento a su labor, pero la totalidad de la industria reconoce este papel fundamental. Hoy día el cuarzo continúa entregándonos satisfacciones, funcionalidades y precisión, no obstante convive con la relojería y, lo más importante, entrega un abanico de posibilidades mucho más amplio a usted, sí, estimado lector.
Recuerda que las 5 cosas que debes saber de la relojería es sólo un intento para invitarte a conocer más del tema, a profundidad.