Nacido en 1931, en la cúspide del art déco, el reloj Reverso de Jaeger-LeCoultre fue creado para soportar los rigores de los partidos de polo y proteger el cristal, con lo que surgió la idea de una caja que pudiera ser volteada.
Desde sus inicios, el modelo fue un reloj radicalmente innovador por su diseño y la ingeniería de su mecanismo, e inmediatamente se convirtió en uno de los relojes más reconocibles del mundo, con su caja reversible, un diseño inspirado en la proporción áurea, índices trapezoidales, minutería ferrocarril, manecillas Dauphine y sus características estrías horizontales.
Poco después de su lanzamiento comenzaron a surgir variaciones estilísticas, con carátulas de colores notorios: rojo brillante, café chocolate, borgoña o laca azul. Además, la cara metálica lisa ofreció un lienzo para la personalización con monogramas, emblemas y mensajes personales hechos con laca, esmalte, o grabados a mano, producidos en su Atelier des Métiers Rares. Así, Jaeger-LeCoultre se convirtió en una de las pocas manufacturas con su propio taller de artesanías raras.
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Una extensiva historia
Durante sus nueve décadas de historia, el modelo experimentó numerosos cambios, incluyendo diferentes proporciones y diseños de carátula, pero permaneciendo fiel a su identidad. Apenas en 1991 abrazó todo su potencial al comenzar a introducir complicaciones: el Reverso Soixantième (celebración del 60 aniversario) incorporó un indicador de reserva de marcha y otro de fecha.
Las nuevas complicaciones requirieron toda una nueva arquitectura, dado su movimiento rectangular, y la filosofía de La Grande Maison de que la forma del movimiento debe ajustarse lo más posible a la forma de su caja. Por ello, los calibres Reverso están diseñados en forma de tonel, en lugar de la clásica forma redonda.
Aunque se han desarrollado más de 50 calibres para el Reverso, resaltaremos el Duoface, un reloj desarrollado en 1994, con dos carátulas, cada una con un huso horario distinto, impulsado por un solo mecanismo, el calibre 854.
En 2016, coincidiendo con su 85° aniversario, Jaeger-LeCoultre presentó la línea Reverso Tribute, que retomaba los códigos estilísticos del modelo original de 1931, y a la cual, ahora se suman cuatro nuevos modelos que destacan la versatilidad y el carácter atemporal de su diseño art déco.
Reverso Tribute Monoface, más pequeño, pero no menos grande
El Reverso Tribute Monoface debuta con un nuevo tamaño, ideal para hombres y mujeres: una caja de 40.1 x 24.4 mm y 7.56 mm de grosor, dimensiones cercanas a las del Reverso original de 1931. Equipado con el calibre 822 de cuerda manual, cuenta con caja de acero y dos modelos, cada uno con una carátula distinta: una plateada opalina o una lacada tornasolada azul, ambos con fondo de metal liso personalizable, y correas de piel de becerro con acabado liso o saffiano, intercambiables con cuatro colores adicionales, disponibles como accesorios.
Reverso Tribute Duoface Tourbillon, ahora en acero
Ahora disponible con caja de acero, aporta una estética renovada al modelo en oro rosa de 18 quilates presentada en 2023. El calibre 847 cuenta con un tourbillon visible en ambas carátulas, sostenido por un muelle espiral en forma de «S» patentado por Jaeger-LeCoultre, logrando que el grosor del reloj sea de solo 9.15 mm. La carátula del anverso es gris tornasolado, y la del reverso, que muestra un segundo huso horario, tiene un diseño calado y superficies decoradas con guilloché Clous de Paris.
Reverso Tribute Duoface Small Seconds, el oro le sienta bien
Con una caja de oro rosa de 18 quilates (750/1000), la carátula frontal tiene una laca de color azul obscuro (obtenida con no menos de 20 capas de laca), indicación de horas, minutos y un pequeño segundero. La del reverso tiene índices dobles aplicados sobre un fondo tornasolado plateado e indicación de 24 horas (día/noche) y un segundo huso horario que se ajusta mediante un pequeño control deslizante, sólo visible al girar la caja.
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