Las cajas de la relojería han ido incrementando su tamaño en los últimos años, no obstante siempre queda la preferencia por utilizar un reloj que se acompañe a la perfección con la muñeca, y que recupere ese espíritu de relojería vintage que tanto nos gusta.
Este año Blancpain celebra a su icono de buceo con un Bathyscaphe de 38 mm de extensión y, contrario a lo que se pudiera pensar, las capacidades técnicas y mecánicas de la pieza permanecen: 100 horas de autonomía gracias a dos barriletes montados en serie; hermeticidad de hasta 300 metros garantizados de acuerdo a la norma internacional de buceo profesional; bisel unidireccional y fondo de cristal de zafiro que permite admirar la belleza de esta referencia dotada con una rueda de balance y espiral de silicio, conjunto que baja la densidad del órgano regulador y le garantiza mayor resistencia a los golpes y una tolerancia total a los campos magnéticos.
En cuanto a la estética, ésta guarda rasgos distintivos de las épocas gloriosas de la horología mecánica, y el clásico Bathyscaphe que celebró su 60 aniversario en 2013 sigue en camino a la conquista de nuevos mercados que entiendan el peso de su leyenda. La caja está desarrollada en cerámica de alta resistencia, mientras que el bisel cuenta con insertos de Liquidmetal®, una aleación que garantiza durabilidad y resistencia ante agentes extraños como la salinidad del mar.