Las horas, los minutos y los segundos acompasan la trascendencia de las personas, y como fenómeno, el tiempo necesita de una lectura esencial, de un diseño que rompe con lo complicado y retorna a su premisa básica: legibilidad.
Hermès se caracteriza por no seguir tendencias, generando un concepto de relojería propio que ayude a disfrutar el ritmo con el que vivimos los humanos a través de los guardatiempos que presenta; que sean tan sencillos como espectaculares.
El trazado contemporáneo de las cifras, diseñado por Philippe Apeloig, es un distintivo de esta colección, pero al mismo tiempo se fusiona con los códigos que un reloj clásico representa, logrando con ello el cometido visualizado por Philippe Delhotal, Director Creativo de La Montre Hermès, quien buscó materializar a la pureza y a las artes gráficas a partir de la destreza relojera de su taller.
Corazón
La colección slim está propulsada por el calibre extraplano H1950 de remonte automático con micro-rotor, que posibilita un armado acelerado y una entrega de energía homogénea –hasta por 42 horas– para la exhibición de horas y minutos por agujas centrales, y un segundero pequeño colocado a la altura de las 6 horas, como dicta la manera tradicional de la relojería. Este calibre sirve de base para añadir un módulo Agenhor con calendario perpetuo, que indicará las horas, minutos, las fases de la Luna, un segundo huso horario con indicador día/noche y las funciones del calendario perpetuo.
En todas las configuraciones, la caja se extiende hasta los 39.5 mm de diámetro, mientras que el material de la misma se ofrece en oro rosa, acero y acero engastado con diamantes Top Wesselton VVS, de acuerdo a la referencia de su predilección.