Un cliente que colecciona autos de lujo y piezas de alta relojería le pidió a Vacheron Constantin una creación única. El resultado es un reloj diseñado para montarlo en el salpicadero de un coche encargado a Rolls-Royce Coachbuild: el Rolls-Royce Amethyst Droptail. Se trata de un Les Cabinotiers Armillary Tourbillon que se aloja dentro de un mecanismo de soporte totalmente integrado a la vez que extraíble.
El cliente solicitó que el reloj se integrara perfectamente en el interior personalizado del Rolls-Royce y reflejara sus códigos estéticos. El departamento Les Cabinotiers de Vacheron Constantin, especializado en la fabricación de relojes a medida, respondió con la excelencia por la que es famoso. Aunque los archivos de Vacheron Constantin revelan que en 1928 se encargó un reloj para automóvil, el proyecto actual representa una primicia en la historia moderna de la empresa.
Colaboración estrecha
Los maestros relojeros de Vacheron Constantin colaboraron estrechamente con el equipo de diseño de Rolls-Royce Coachbuild. El objetivo era garantizar que las formas, los materiales y los colores del reloj estuvieran en perfecta armonía con el auto. Su montaje en el interior de un coche es toda una novedad. La marca relojera tuvo que desarrollar un mecanismo de soporte que se ajustara a las dimensiones precisas de los compartimentos del salpicadero del Rolls-Royce Amethyst Droptail.
El soporte se diseñó para que fuera posible extraerlo en caso necesario. Además, permite girar 180 grados el reloj, a fin de ajustar la hora, cargar la reserva de marcha y admirar el reverso del calibre. El marco exterior ligeramente curvado del soporte está fabricado en acero pulido. Tiene un marco interior biselado, en acero texturizado con láser y revestimiento de PVD negro.
La base del reloj está fijada a una placa base de oro blanco, adornada con guilloché con un motivo de rayos de sol hecho a mano y culminada con una cruz de Malta aplicada. El soporte se puede cubrir con una tapa de acero, sujetada con un cierre en forma de cruz de Malta. Cuando el reloj y el soporte se retiran y se colocan en su cofre, su lugar es ocupado por un soporte vacío idéntico.
Y esa tonalidad malva
La carátula de zafiro del reloj revela toda la belleza del calibre 1990. Este mecanismo incorpora una platina principal con un revestimiento galvánico NAC de color malva con un acabado satinado circular. Este tono original combina con el de los asientos de piel del Rolls-Royce Amethyst Droptail. En la parte de la carátula, los puentes tienen aristas biseladas a mano y están adornados con un motivo de Côtes de Genève, que también se encuentra en los puentes de la parte trasera en el mismo color malva.
Como mencionamos, el reloj y sus accesorios pueden guardarse en un cofre de exhibición. Este cofre se ha construido con la misma madera de poro abierto de ébano de Macassar claro y cuero de color amatista utilizados en el interior del Rolls-Royce Amethyst Droptail. El interior está ligeramente curvado, como el salpicadero del auto.
Las maravillas del calibre 1990
Los maestros relojeros de Vacheron Constantin sugirieron al cliente que el reloj estuviese equipado con el calibre 1990. Es un movimiento manual que incorpora avances técnicos derivados de la Referencia 57260, el reloj más complicado del mundo presentado en 2015. Tiene una indicación bi-retrógrada con retorno instantáneo de las horas y los minutos, que recuerda a los velocímetros tradicionales de los automóviles con agujas de barrido.
Con las indicaciones horarias en la parte superior de la carátula, hay todo el espacio que se necesita para el tourbillon. Este dispositivo aparece en una compleja versión que se ha denominado armilar. Así se reconoce el trabajo del relojero francés del siglo XVIII Antide Janvier, inventor que desarrolló una esfera móvil con un sistema planetario conocida como esfera armilar.
Este tourbillon evoca los círculos entrelazados y las armillas (discos metálicos graduados) del famoso instrumento científico que sirve de modelo de la esfera celeste. La construcción de este tipo de regulador –diseñado para compensar los efectos de la gravedad y garantizar un funcionamiento imperturbable del movimiento– consiste en dos jaulas anidadas que giran en torno a dos ejes diferentes a una velocidad de 60 segundos por rotación para formar una esfera en movimiento perpetuo.
Dada la posición vertical del reloj en el salpicadero del coche, la presencia de un regulador de este tipo en el corazón del mecanismo está justificada. El tourbillon se desarrolló a principios del siglo XIX para remediar los problemas de isocronismo que afectaban a la espiral de los relojes de bolsillo, que solían estar alojados verticalmente en un bolsillo o monedero.
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