Dentro de la relojería existen colecciones que se han vuelto clásicas, pero ¿qué las hace tan especiales? TAG Heuer es experto en este tipo de piezas, y en esta ocasión, utilizaremos de ejemplo su línea «acuática»: Aquaracer.
Fiel a una tendencia creativa e innovadora que no conoce límites, y a su capacidad para desarrollar e implementar tecnologías nuevas en favor a las prestaciones de cada pieza, TAG Heuer presentó Aquaracer con la finalidad de ofrecer el instrumento ideal para la realización de las prácticas de buceo, deportes acuáticos y actividades profesionales de submarinismo, y desde el momento de su introducción, no existe duda que alcanzó su cometido. Su diseño atemporal, elegante y deportivo, resulta extraordinario para portar incluso en cualquier otra disciplina que se realice fuera del agua o hasta para el uso diario.
Este año, en conmemoración del 50 aniversario del Carrera, parecería que la «Swiss Avant-Garde» se dedicaría exclusivamente a presentar piezas alusivas a una festividad de medio siglo, pero estábamos equivocados. Cada una de las colecciones tiene un porqué y un lugar dentro de la importancia anual de desarrollos y modelos complementarios a su vasta línea relojera, se trata de una de las manufacturas líderes en la industria y es por ello que TAG Heuer presenta Aquaracer 500M Steel and Plated Yellow.
Inspirado en una herencia que data de 80 años atrás, TAG Heuer se ha apasionado por las regatas, sentimiento que lo ha impulsado más allá de los límites del cronometraje para desarrollar el instrumento adecuado en apoyo a este deporte y a sus navegantes. La nueva serie Aquaracer constituye su última revolución acuática.
«Queremos romper todas las marcas existentes, tanto de los hombres como de las máquinas. Retamos a nuestros equipos a crear el reloj Aquaracer más elegante y a la vez resistente de la historia. La cerámica apareció como inevitable, un material cuatro veces más duro que el acero, pero más ligero, irrayable y al mismo tiempo precioso. Perfectamente adecuado para el nuevo Aquaracer, sumergible hasta los 500 metros»: Jean-Christophe Babin, CEO de TAG Heuer.