Atesorando el conocimiento clásico mientras que abraza las nuevas tecnologías, Angelus presenta la primera versión de su nueva colección Flying Tourbillon Titanium, un homenaje azul al círculo y al calado.
En el corazón de Neuchâtel, en las montañas del Jura Suizo, se ubica la localidad de Le Locle en donde dos hermanos Albert y Gustav Stoltz establecieron su Manufactura relojera y decidieron otorgarle un nombre evocador: Angelus. Poco tiempo después, se les unió el tercer hermano, Charles, completando así la tríada con la que iniciaría una historia de primicias en el mundo de la relojería. Su destreza en el oficio les valdría numerosos reconocimientos en ferias y exposiciones internacionales que empezaron a cosechar tan solo una década después de su fundación.

Como muchas casas relojeras, atravesaron tiempos difíciles durante la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión, pero lejos de detenerlos, la adversidad los impulsó a ir siempre un paso adelante produciendo relojes funcionales que ya desde entonces eran reflejo de los tiempos que vivían. Crearon un reloj con características especiales dirigido a soldados invidentes que habrían sufrido heridas en la cara durante la guerra, lo que les valió el agradecimiento del ejército francés, además de diversificar su producción ofreciendo relojes despertadores y repetidores, tanto de pulsera como de mesa.
Al paso que crecían en tamaño e importancia, sus innovaciones en diseño, precisión y manufactura los hicieron imparables. Crearon sin freno hermosas piezas que los mantuvieron en el gusto de los conocedores a lo largo de las distintas épocas y modas que supieron leer perfectamente y a las que se adaptaron con naturalidad para ofrecer relojes únicos, como el icónico Chronodato, el primer cronógrafo con calendario, que causó sensación en el mundo de la relojería.
Lee también: La deportividad reluce en Chronodate Titanium de Angelus

A medio camino entre lo artístico y lo funcional, las piezas de Angelus nunca decepcionan, pues mezclan la relojería clásica con los procesos más modernos de producción. En sus instalaciones se reúnen artesanos expertos en técnicas tradicionales utilizando herramientas clásicas que trabajan codo a codo junto a ingenieros y técnicos relojeros entrenados para manejar sofisticadas máquinas de última generación.
El resultado de esta sinergia perfecta se materializa en piezas como la que ahora presentan: el Flying Tourbillon Titanium Blue Edition, primer exponente de una nueva colección que se basa en dos figuras: el círculo y el calado. La primera remite al movimiento y la energía, la segunda a lo etéreo y volátil, características que normalmente usamos cuando intentamos definir el tiempo.

Esta primera versión presenta una caja de 42.5 mm integrada por una estructura con compuesto de carbono protegida por un marco y un bisel de titanio que le otorgan dureza y ligereza a la vez. La carátula calada le da una sensación de ingravidez a la que abonan las manecillas y los números arábigos recubiertos con Super-LumiNova, cuya pátina blanca contrasta con el azul de la estructura visible del tourbillon volante ubicado a las seis horas, en perfecto equilibrio con el segundero y con el gran barrilete, situado entre las doce y la una.
El calibre A-310 está protegido por cristal de zafiro tratado con PVD que se extiende hasta los puentes. Tiene una reserva de marcha de hasta 60 horas y es hermético hasta 30 metros. La manera de llevarlo dependerá del estado de ánimo, pues cuenta con brazalete de titanio, correa de caimán azul mate o bien de caucho azul con cierre desplegable de titanio. Esta edición inaugural está limitada a 25 unidades.

