Una de las creaciones más emblemáticas de la firma Maurice Lacroix se renueva con un material clásico, pero mejorado, el Aikon Automatic Ceramic, continúa evolucionando con su impecable elegancia urbanita.
Los años setenta fueron una época revolucionaria en todos los ámbitos de la cultura, el arte y el desarrollo de la sociedad. Fue justo en esa década que se abrió la puerta a una era de cambios tecnológicos que ya se vislumbraba imparable.
En esos años se produjeron obras inmortales que han marcado nuestro imaginario desde entonces, películas como El Padrino y canciones como Bohemian Rhapsody no han dejado a nadie indiferente. Y fue en este contexto, justo a media década –en 1975– que Maurice Larcoix produjo su primer reloj, iniciando así un camino que ha recorrido con paso firme y la mirada puesta en el futuro.
El andar de esta firma, que se ha prolongado por casi 50 años, no tiene intenciones de detenerse. Prueba de ello es el lanzamiento de dos nuevas versiones del icónico Aikon, el reloj más vendido de la Manufactura. Lanzado inicialmente en 2016 con un movimiento de cuarzo e inspirado en una de sus anteriores creaciones – el Calypso– el nacimiento de Aikon supondría un hito para la marca que quizá ni ellos imaginaban.
Esta pieza ha sido objeto de varias campañas promocionales que lo han posicionado en el gusto de las nuevas generaciones. Su alianza con el FC Barcelona, su involucramiento con iniciativas como Tide, o el lanzamiento del primer juego interactivo de una manufactura relojera han tenido como protagonista al Aikon.
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Dos nuevas versiones
Siempre preocupados por mejorar la experiencia de poseer un Aikon, estas nuevas versiones son el producto de tres años de arduo trabajo que resultaron en piezas que incrementan su rentabilidad, ya que ofrecen un look distinguido y elegante maximizando el rendimiento y democratizando la posesión de relojes de cerámica de calidad sobresaliente.
Entre otras cualidades, los nuevos Aikon incorporan la cerámica de una forma innovadora que consiguieron agregando distintos óxidos al óxido de circonio, tradicionalmente utilizado en relojería, con el fin de estimularlo, lo que eleva el performance del material al que bautizaron como “cerámica técnica”. Además de ser hipoalergénica, resistente a la corrosión y a los raspones que pudiera sufrir en el día a día, la cerámica técnica tiene una mayor duración, solidez y estabilidad térmica.
En cuanto a la estética de la pieza tampoco se escatimaron esfuerzos, trabajaron hasta conseguir que cada pieza que formara parte del Aikon estuviera a la altura de las expectativas, tanto de la Maison como de los clientes potenciales.
Gran parte del empeño se puso en el diseño de la caja y el brazalete, este último significó todo un reto pues los eslabones debían enlazarse con una fluidez impecable para abrazarse a la muñeca del usuario con impecable comodidad y elegancia.
La caja y el bisel, tan característicos de Aikon, también fueron cuidadosamente elaborados para conservar su elegancia sin perder ese sentido chic-urbano que se buscaba alcanzar particularmente con los brazos, que se presentan contrastados y en relieve haciéndose irresistible, no solo a la vista sino al tacto también.
Esta innovadora versión es atractiva para gustos masculinos y femeninos por igual, se ofrece en dos tamaños: 39 y 42 mm, en blanco y negro respectivamente, para recalcar los contrastes entre el día y la noche, el encanto angelical y la misteriosa oscuridad. La elección dependerá del estado de ánimo del usuario, ambos son herméticos hasta 200 metros y tienen una reserva de marcha de hasta 38 horas.