Acostumbrado a la voraz ola de innovación y al poder de invención de la Swiss Avant-Garde -más aún durante los últimos años-, no debería de sorprenderme cada lanzamiento realizado por la firma, ya que finalmente es TAG Heuer y sabemos qué podemos esperar… ¿o no?
La inquietud de cualquier periodista de relojes apasionado por su trabajo, lo obliga a descifrar y a predecir el desarrollo que de manera silenciosa y hermética realiza cada Manufactura a lo largo de los años. Es así que centra su atención en el desarrollo de nuevas tecnologías, introducción de patentes, manejo del marketing y conservación de los métodos tradicionales apuntalados por un nivel de vanguardia extraordinario. Es por ello que son contadas las ocasiones en las que un lanzamiento en específico resulta una completa revolución. Estoy por compartirle, querido amigo lector, la emoción llevada a la perfección de la medición de la centésima de segundo: el primero, más rápido y ambicioso tourbillon jamás creado por TAG Heuer.
Torbellino de alta ingeniería relojera
A partir de su llegada a la firma, y con el firme propósito de realizar las bandas más pequeñas -que servirían para dar vida al emblemático Monaco V4-, Guy Semon habría de desarrollar el primer reloj concepto en lograr la medición de milésimas de segundo: Mikrotimer Flying 1,000. Este año, previo a la feria de relojería más importante del mundo (Baselworld 2012), TAG sorprendió con el Mikrogirder, un Concept Piece que habría de comenzar a partir de cero, sustituyendo el muelle de espiral y el volante por un sistema de acoplamiento brazo/viga que impulsa y trabaja con un oscilador lineal. Esta proeza de ingeniería matemática, es capaz de alcanzar las 7.200.000 alternancias por hora, es decir, 250 veces más que un reloj con frecuencia tradicional, el resultado es escalofriante: la medición confiable de la diezmilésima de segundo.
La precisión más elevada en la alta relojería
El tourbillon es una de las complicaciones relojeras más emblemáticas. Su elaborado sistema mecánico sirve para compensar los efectos negativos que la fuerza de gravedad ejerce sobre la marcha del volante, haciéndolo girar junto con el escape del reloj sobre su eje. Sin embargo, los avances tecnológicos enfocados a la precisión, habían relegado al tourbillon debido a su poca velocidad y eficacia. Es por ello que TAG Heuer nunca equipó a un cronógrafo con esta complicación y había asegurado no hacerlo.
Pero… la obsesiva búsqueda por alcanzar el nivel de precisión perfecto, ha conseguido que el departamento de Ciencias e Ingeniería de la firma revolucione al torbellino y lo transforme en un mecanismo más rápido, más preciso y además, dotado de las características lúdicas y artísticas inherentes al tourbillon.
Dichos estándares sólo podían superarse mediante una verdadera revolución: el MikrotourbillonS.
Equipado con doble engranaje y doble barrilete, el cronógrafo de lujo más ambicioso que haya creado la firma no sólo es el tourbillon más rápido del mundo, sino también el primero implementado en un cronógrafo con precisión de 1/100ª de segundo que puede iniciarse y detenerse. Es asimismo un reloj audaz, capaz de garantizar un cronometraje certificado, lo que promete una precisión inimitable y reivindica un savoir-faire extraordinario.
Doble tourbillon
Visibles a través de la carátula, el primero ha sido destinado a la indicación de la hora y oscila a una frecuencia de 4 Hz (28,800 alternancias por hora). Este mecanismo se ajusta a la norma ISO 3159, y posee una aguja que recorre la carátula en un minuto, es decir, la velocidad estándar de este tipo de complicación.
El segundo -tourbillon más rápido del mundo-, posee tres características especiales: no tiene jaula, puede iniciarse y detenerse gracias a la arquitectura de dos engranajes (uno para el reloj y otro para el cronógrafo, eliminando por consiguiente la necesidad de un embrague) y oscila a una frecuencia dinámica de 50 Hz, lo que equivale a 360,000 alternancias por hora. Es por esta razón que la aguja recorre la carátula en cinco segundos, completando 12 vueltas por cada minuto.
Diseño
El modelo más vendido de la firma desde 1963, el Carrera, ofrecía la caja ideal para este innovador cronógrafo. Los materiales utilizados son particularmente nobles: tantalio altamente resistente a la corrosión con asas de oro rosa, suntuosa decoración Côte de Genève y una delicada correa de piel de cocodrilo. El contador de los minutos está situado a las 3 h, el segundero se encuentra en posición de las 6 h, mientras que el indicador de reserva de marcha destaca a las 12 horas. La corona -situada a las 3 h- da cuerda al reloj y al cronógrafo, el rotor arma el barrilete del movimiento del reloj, mientras que el crono se arma manualmente. De un total de 439 componentes, la mayoría está en proceso de patente y únicamente dos fueron fabricados fuera de los talleres de TAG Heuer en La Chaux-de-Fonds.
La confianza de TAG Heuer en sus procesos es tan elevada, que actualmente desarrolla la primera certificación de precisión del mundo con la finalidad de servir de complemento al certificado COSC de cronometría.
“This unique character has engendered the most innovative watches and chronographs ever created. TAG Heuer´s MikrotourbillonS is one of them”.
Movimiento: automático bidireccional
Frecuencia: 28,800 a/h para el reloj y 360,000 a/h para el cronógrafo; rotación del tourbillon del cronógrafo cada cinco segundos
Reserva de marcha: 45 h para el reloj, 60 m para el cronógrafo
No. de piezas: 439
Joyas: 75
Funciones: horas, minutos, segundero pequeño a las 6 h; cronógrafo de centésima de segundo e indicador de reserva de marcha a las 12 h
Caja: 45 mm de tantalio y oro rosa de 18 quilates / Cristal: zafiro por ambos lados
Carátula: antracita con acabado Côte de Genève / Agujas: antracita luminiscente para las horas y minutos; trotadora central de oro rosa de 18 quilates
Correa: piel de cocodrilo con tratamiento antracita y acabado suave high-tech
Hermeticidad: 100 metros.